Las especiales condiciones del paraje, sumergido en un mar de nieblas durante más de 200 días al año, han permitido la supervivencia de las antiguas selvas lauroides que ocupaban una gran parte de la cuenca Mediterránea a finales de la Era Terciaria.
Los alumnos recorrieron el sendero, atravesando paisajes del bosque mediterráneo y del bosque caducifolio situado en la zona media de la sierra y, por último, pasearon en silencio por el interior de la selva, oyendo los sonidos del bosque y recibiendo las sensaciones de un paraje natural único e inalterado.