Tanto la bronquitis crónica como el enfisema pulmonar están causados por el hábito de fumar.
Fumar daña los tubos bronquiales de tal forma que la mucosa se inflama y produce una mucosidad protectora ? que no protege lo que debiera, porque la mucosa dañada no puede ayudar a eliminar suavemente la mucosidad- Ésta se acumula , obstruye los tubos y se infecta, lo que conduce a una lesión más grave. Este estado se denomina bronquitis crónica.
Fumar también destruye el delicado tejido del pulmón a través del cual pasa el aire a la sangre. A medida que pasan los años, el tejido pulmonar simplemente
Desaparece; por tanto , una radiografía del pecho de un antiguo fumador muestra un corazón rodeado por un vacío. La ausencia de tejido pulmonar hace difícil la respiración . En esto consiste el enfisema.
¿Qué pasa con la contaminación?
Estoy obligado a mencionar otras causas, los fumadores quieren conocerlas y la industria tabacalera esta deseosa de informarnos sobre ella.
Quizá el 1% de las personas que tienen enfisema heredan una ausencia de alfa-antitripsina, una enzima que protege a los pulmones de las lesiones. Estas personas desarrollan la terrible enfermedad alrededor de los 30 años. Un adicional 5 al 14% de la población hereda una deficiencia parcial. Los especialistas sospechan que esta deficiencia hace que sus pulmones sean más vulnerables. Los médicos no examinan rutinariamente la presencia o ausencia de alfa-antitripsina , pero sería muy conveniente hacerlo con el fin de asustar a la gente joven para que deje de fumar.
La contaminación ambiental fascina a los fumadores. Invariablemente sacan a colación este tema cuando se les ataca fuera de una consulta médica.
El aire contaminado no es saludable, pero la evidencia de que origina bronquitis crónica y enfisema es tremendamente baja. Sabemos que los días de contaminación elevada hacen daño a las personas que ya sufren de bronquitis crónica y de enfisema, pero los estudios que comparan las personas que crecen en el campo con aquellos que viven en la ciudad no encuentran una gran diferencia en lo que respecta a la enfermedad pulmonar. La contaminación no es buena para nadie, pero fumar es realmente peor.
Síntomas: problemas respiratorios
Los síntomas de la bronquitis crónica y del enfisema son la respiración sibilante, la dificultad respiratoria , tos persistente con producción de esputos y frecuentes infecciones respiratorias.
La bronquitis crónica y el enfisema son enfermedades distintas, como si fueran polos opuestos a algo llamado enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Cada una de estas enfermedades posee síntomas únicos, que hay que tener presentes en la memoria.
Las personas que padecen enfisema tienen que esforzarse para poder respirar porque este proceso ha destruido la mayor parte de sus pulmones. Cuando un médico escucha la respiración a través del estetoscopio, los sonidos de la respiración son suaves, a veces inaudibles. Si se golpea el pecho, se produce un sonido hueco. Estas personas están delgadas porque respirar les cuesta tanto trabajo que pierden peso. Su tos casi siempre es seca, y una infección respiratoria puede ser especialmente grave en estos enfermos porque tienen muy poco tejido pulmonar de reserva.
Las personas con bronquitis crónica, son gruesas, posiblemente porque están inactivas, pero también porque este estado conduce a una insuficiencia cardíaca, que origina retención de líquido. Expectoran gran cantidad de mucosidad y mucho más cuando sufren unas de sus frecuentes infecciones respiratorias. Esta flema adicional, junto con los tubos bronquiales inflamados, obstruye el flujo de aire; por tanto, el oxígeno no llega a la sangre. El resultado a menudo es un tono azulado de la piel ( cianosis) , la obstrucción también produce una respiración sibilante y dificultad respiratoria, que responden bien a los broncodilatadores . Los broncodilatadores son la misma medicación que se les receta a los jóvenes asmáticos. Los enfermos con enfisema se esfuerzan para poder respirar debido a que tienen un pulmón muy pequeño, por tanto, los broncodilatadores no dan buen resultado con ellos. Es importante recordar estos dos modelos, aunque casi todos tienen una mezcla de los dos.
El mejor tratamiento
Un médico de cabecera puede controlar las etapas iniciales de estas enfermedades con unas cuantas pastillas y un tratamiento ocasional de antibióticos, pero este método no va bien cuando la vida del paciente comienza a girar alrededor de sus pulmones- algo que ocurre habitualmente-. La enfermedad pulmonar crónica mata a varios miles de personas cada año; es nuestra quinta causa de muerte y una de las pocas que todavía siguen aumentando.
Cuando la tos, el silbido, el jadeo y el abotargamiento se convierten en algo cotidiano, el mejor tratamiento incluye lo siguiente:
1) Pastillas para dilatar los tubos bronquiales: Casi siempre están compuestas por teofilina . Derivada de la cafeína ( el café fue el principal broncodilatador en el siglo XIX), la teofilina también ayuda al típico silbido de las alergias y del asma.
2 )Aerosoles para dilatar los tubos bronquiales: Incluyen derivados de la adrenalina y de la belladona. Si su médico no puede explicarle cómo debe emplear un inhalador, significa que no examina a sus pacientes con este problema, por tanto, será mejor que acuda a otro médico.
3) Antibióticos: Las personas con bronquitis crónica deberían sospechar que padecen una infección pulmonar cuando la tos empeora y hay una secreción de esputos mayor que la usual. Esto significa que las bacterias han invadido el esputo estancado obstruyendo los pulmones. Un tratamiento de dos semanas de antibióticos ayuda. Muchos pacientes solicitan este tratamiento una docena de veces cada año.
4) Deshacerse de la mucosidad: Todo el mundo está de acuerdo en que las personas que padecen bronquitis crónica deberían ablandar sus flemas y deshacerse de ellas tan pronto como sea posible. Un fisioterapeuta de un hospital hace bien con golpear el pecho de los pacientes cuando tosen. Quizá piense que la ciencia ha desarrollado otras formas más inteligentes de tratar las mucosidades, pero está equivocado. Los autores de libros divulgativos de medicina afirman que beber mucho líquido ayuda a expulsar la mucosidad, aunque no existe ningún fundamento científico que así lo demuestre. Siga bebiendo líquidos; es poco aconsejable permitir que los pacientes se deshidraten.
5) Cortisona: La cortisona suprime la inflamación; por tanto, ayuda a la bronquitis crónica. La terapia de cortisona a largo plazo es peligrosa , pero los especialistas la emplean en los peores casos, cuando falla la terapia más sencilla.
6) Ejercicio: Todo el que padezca de una enfermedad pulmonar crónica que se encuentre lo suficientemente mal para tener que limitar sus actividades normales debería acudir a un programa de rehabilitación pulmonar. Esta gimnasia respiratoria incrementa la energía y la capacidad del cuerpo de emplear oxígeno, y aprenderá a respirar eficazmente para sacar el máximo partido al tejido pulmonar que le quede.
7) Oxígeno: Si considera que el oxígeno es una medicina, con seguridad es la más cara de todas. Afortunadamente, los estudios muestran que es un salvavidas, ya que duplica la esperanza de los pacientes con una enfermedad pulmonar crónica en su estado final. El oxígeno no le animará si está cansado, y no sirve para nada si le falta la respiración de vez en cuando, pero si se detiene a descansar varias veces mientras se dirige al buzón de la esquina es un candidato a utilizarlo.
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