El orbe necesita de brazos que lo sostengan, pero también precisa de la mejor columna, la femenina. Cada espalda de mujer sostiene una carga o muchas. Pesos que oculta a los ojos de los demás, pero, cuando está entre cuatro paredes, al desnudo, visionamos la radiografía más sincera.
Cuando solo hay piel y huesos percibimos las marcas terribles del sufrimiento y del maltrato. Al no haber telas ni paños engañosos que escondan la cruda realidad es el momento de ver esas vértebras que conforman la columna vertebral de la humana existencia.
Imagino esos ojos carentes de color por represar lágrimas y el dolor que proyectará su mirada.
Abre esa boca sellada por la mordaza del miedo.
Mujer, No presentes tu espalda a más onerosas cargas.
¡Suelta tu melena!
Empodérate y que nadie te desnude de tu mejor vestido, tus derechos.
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