Conciliación familiar y laboral: Invito yo, que paga éste


 

Rafael Fenoy Rico | Secretario de Comunicación Educación CGT

Cuando se habla de la conciliación de la vida familiar y el trabajo suele hacerse más incidencia en la estética de la expresión que en su fondo (o ética). Como si la vida pudiera dividirse o subdividirse. Vida hay una y sólo una, lamentablemente. Precisamente cuanto más se vive, se tiene mayor conciencia del inmenso valor que tiene el tiempo de vida. Mucho dinero en publicidad se gastan, los que dicen hacer políticas conciliadoras. Se utiliza el verbo conciliar que tiene un curioso significado: Componer y ajustar los ánimos de quienes estaban opuestos entre sí. Y es claro que el tiempo de vida de las personas se tiene que dividir por necesidad, es más por imposición, ya que de otra forma difícilmente se prestaría la humanidad a tener que compaginar distintas responsabilidades. En definitiva, pretender hacer compatible diversas obligaciones, en un mismo tiempo, es tarea de titanes. No obstante conjugar el tiempo personal y el familiar queda en el ámbito de las decisiones que libremente adoptamos las personas. Con respecto a lo de conciliar el trabajo (que no vida laboral, como eufemísticamente se le llama) y las obligaciones familiares o personales es asunto de otra dimensión, ya que la voluntad de quien contrata es fundamental.

Alguien se hace la pregunta de si las empresas piensan que la Maternidad o el cuidado de las personas dependientes, por parte de sus empleadas y empleados, afecta negativamente a su productividad. Se afirma que quien invierte en una empresa es para ganar dinero y evidentemente quien compra el tiempo de trabajo, espera que el que lo vende o entrega, lo haga sin reservas. Otra cuestión es que el malísimo empresario quiera comprar por ocho horas, diez o doce… Pero volviendo al asunto, los políticos que hacen las leyes, endosan una serie de responsabilidades sobre todo a las pequeñas empresas, que deberían ser asumidas por el conjunto de la ciudadanía. Si en una empresa se generan bajas laborales o reducciones de horas de trabajo, por circunstancias ajenas a la producción, esta se resiente y las empresas sumen un coste que debería ser asumido por el conjunto de la sociedad. No será posible conciliar dedicación horaria al trabajo y a la familia, mientras se pretenda que sean empresas y personas trabajadoras las que lo hagan posible. Y ello porque los intereses son contradictorios.

Para hacer posible que la maternidad o el cuidado de las personas dependientes sea compatible con una actividad laboral, se requiere que el Estado (el conjunto de la sociedad) asuma el costo que ello conlleva. No querer ver esta evidencia, lleva a los políticos a alardear de programas Concilia, sin que de verdad las personas que trabajan puedan percibir ni una brizna de ayuda para que (aquellas personas que tienen trabajo) puedan responder adecuadamente a sus obligaciones familiares…

Dar derechos a unos, para que los paguen otros, es muy, pero que muy fácil… ¡Invito yo! Que paga éste.

Noticias de la Villa y su empresa editora Publimarkplus, S.L., no se hacen responsables de las opiniones realizadas por sus colaboradores, ni tiene porqué compartirlas necesariamente.

Noticias relacionadas

 
11 febrero 2025 | José Antonio Hernández Guerrero
Una propuesta para enriquecer nuestras maneras de razonar
 
11 febrero 2025 | Patricio González García
El uso del móvil
 
11 febrero 2025 | Rafael Fenoy Rico
USA aunque no lo sabe ya ha perdió contra China