El procesado ha sido condenado por la sala a cuatro de años de prisión e inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo por un delito continuado de abuso sexual a una menor de dieciséis años, de acuerdo con lo tipificado en el artículo 183 del Código Penal.
El tribunal considera probado que el acusado realizó tocamientos indebidos en sus genitales a la chica en reiteradas ocasiones durante un período de tiempo, aprovechándose de su discapacidad y de su íntima amistad con la familia de esta. Para llegar a tal conclusión se ha basado en los testimonios recabados durante la causa, incluido el de la propia víctima, y en los informes periciales de una psicóloga y una psiquiatra. La sentencia, además, incide en la relación de confianza existente entre el acusado y los padres de la menor como agravante del delito.
La resolución judicial incluye la prohibición de que el condenado se acerque a menos de 500 metros de la joven, así como a su domicilio o a cualquier otro lugar en el que se encuentre, y también comunicarse con ella, por vía telefónica, telemática o postal, durante 10 años. Además, le obliga a indemnizarla con 6.000 euros por daños morales y le impone una medida de libertad vigilada, a lo largo de 5 años, una vez salga de la cárcel.
Los hechos juzgados se produjeron en los meses de agosto, septiembre y octubre de 2017, cuando el acusado, valiéndose de la relación de amistad y proximidad que le unía a la familia de la víctima, abusó sexualmente de esta en diferentes ocasiones. Fue la propia niña, que entonces tenía 14 años, la que, más tarde, alertó a sus progenitores, con sus comentarios y con un comportamiento poco habitual en ella, que fue detectado en su entorno escolar. A raíz de ello, los padres interpusieron la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil.
