Conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, por Y. Aldón

 

Un año más nos hacemos eco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora en honor a la memoria de aquellas mujeres valientes de la fábrica neoyorquina de Triagle Shirtwaist y que arriesgaron sus vidas en actitud de protesta en un incendio provocado tras defender sus intereses y mejoras de igualdad.

Como mujer trabajadora y autora, me comprometo no a celebrar este día sino a conmemorarlo desde donde, creo que mejor lo puedo hacer, desde el rincón de mis letras y apelando a la afirmación de la RAE de desterrar los espacios sexistas criticando la tendencia a confundir género con sexo.

Es curioso como la Real Academia desautoriza cualquier término que no aparezca recogido en su GRAE, sin embargo, es indiscutible que del mismo modo que la sociedad está en continuo cambio, la lengua está en permanente transformación, creando y modificando léxicos, satisfaga o no a la élite academicista. Si nos ceñimos al purismo del lenguaje, nunca habría existido la evolución lingüística, por lo que hoy estaríamos hablando en romance, siendo muy exagerados, aunque ahora que lo escribo, añoro estas lenguas donde el masculino era el término no marcado, curiosamente. Asimismo, considerando que algunos términos son nombres comunes en cuestión de género, esto es, que la misma palabra hace referencia al masculino y al femenino siendo ésta puramente masculina por norma y uso, y no tratamos de estar en contacto o incluso ir por delante de los cambios que la propia sociedad impone, la innovación de la lengua española sería nula.

Otra cosa muy distinta es que esa imposición social de crear neologismos o modificar vocablos triunfen o no como ya sucedió en su día con el término “rebeca” gracias al film de Alfred Hitchcock. La RAE debe ser paciente con los cambios lingüísticos que se generan en la calle y coordinar su trabajo al unísono, si la adaptación se observa desde una comunidad hablante de una forma ya asimilada como fue el caso de la locución “abogada”, antes impensable admitirla en la DRAE y merced al uso obligado y al empuje de los sindicatos la percibimos con total normalidad. Con esto, voy a recordar a Ana María Matute, miembro de la RAE, quien significó la labor de la Academia Española como “notario” más que como academia creativa.

De esta forma, quiero conmemorar el 8 de marzo, como reconocimiento a ese movimiento femenino que intentó aliviar con su conducta la norma impuesta por aquella fábrica que trataba a sus trabajadoras de manera indiscriminada por cuestión de sexo, y si no existieran estos movimientos o políticas arriesgadas con o sin intención de interferir en algún momento las normas de nuestra gramática, quizás nunca se eliminarán los prejuicios de vocablos sexistas.

¡Mis palabras van por ellas!

Noticias de la Villa y su empresa editora Publimarkplus, S.L., no se hacen responsables de las opiniones realizadas por sus colaboradores, ni tiene porqué compartirlas necesariamente.

Noticias relacionadas

 
19 diciembre 2025 | Patricio González García
Carlos Cano y Andalucia
 
16 diciembre 2025 | Fran Sánchez Castillo
Tenerlo todo
 
16 diciembre 2025 | Pe Gallardo Ortuño
Cuando Dios no cabe en los despachos.