Seis novillos de la ganadería de Enrique Ponce, serios y con cuajo, de juego deslucido, destacarón 1º y 3º.
Ignacio Gonzales, ovación y ovación.
David Galván, gran ovación y ovación.
Antonio Espaliu, oreja y silencio.
Tade importante de Galván, se ha impuesto a un complicado y deslucido lote a base de firmesa y entrega total, exponiendo en todo momento con un valor consciente y sereno, sobreponiendose a las cinco fuertes volteretas que le ha propinado su primero, dos de ellas al entrar a matar que a la postre le ha supuesto perder el trofeo ganado a ley, en el segundo ha mantenido el mismo nivel con un novillo rajado y deslucido, de nuevo la espada le ha privado de otro trofeo. Pero el esfuerzo y la dimensión han cautivado a la afición de esta localidad que se ha entregado con el joven novillero.
Tras la muerte de su primero, paso a la enfermeria donde fue atendido de fuertes varetazos y erosiones.
Galván continua con la regularidad en sus actuacones, consolidando su gran proyección. Paso a paso le lleva a convertirse en uno de los novilleros más interesantes del momento.