David Galván sufre una cornada de 10 cms. en la región inguinal

José Antonio Ortega: "El pitón pasó a un milímetro de la arteria femoral"


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El novillero David Galván ha sufrido una cornada de 10 centímetros en la región inguinal derecha en el festejo que se ha celebrado esta tarde en El Espinar. Según declaraciones de uno de sus apoderados, José Antonio Ortega, a APLAUSOS, “David ha tenido muchísima suerte. Los médicos del Hospital General de Segovia nos han dicho que el pitón ha pasado a un milímetro de la arteria femoral. Sólo con ver sus caras cuando inspeccionaban la cornada daba fe de que pudo ser muy grave”

La cornada sobrevino cuando el joven diestro gaditano toreaba sobre la mano izquierda a su segundo novillo de Mayalde. “Le lanzó un derrote muy seco y ahí parece que le metió el pitón aunque David siguió toreando sin problemas. Ya en el callejón, como llevaba mucha sangre del novillo, pareció que no llevaba nada y él incluso decía que sólo era un varetazo. Sin embargo, al llegar al hotel y ver la herida cómo sangraba, hemos ido al hospital”.

En el centro médico, Galván fue operado bajo anestesia general y la intervención transcurrió sin problemas, pero como el paquete vascular está prácticamente al aire, hay mucho riesgo de infección, por lo que deberá permanecer ingresado al menos hasta el martes. “Le han suministrado mucho antibiótico y gracias a Dios está bien, pero podíamos hablar de algo muy feo. Pese a todo, esperamos que pueda torear la novillada del próximo sábado en Marchamalo”.

Faena

El de La Isla de San Fernando apechugó con el peor lote y eso le condicionó mucho. Ante ambos no hubo estiramiento con el capote. Con su primero se mostró acelerado aunque con gusto torero en la forma y algunos muletazos. Rebrincada embestida del novillo y consecuentemente el toreo no fluía con lucidez. Tres naturales y un desarme. Estilo personal de este excelente y joven torero gaditano que tiene mucho futuro por delante. Faena de entrega y sanas intecniones. Mal con los aceros para ver silenciada su labor.

Con el quinto de la tarde, doblones muy toreros, prueba por arribas y deja paso a un toreo de clase adornado de detalles y algunas poses de reconocda solvencia estética. A base de porfía y entrega, sacó destellos de clase torera muy en la línea del más puro clasicismo, que ya es decir. Detecta este joven valor una tauromaquia muy del gusto de los buenos aficionados a quienes por encima de todo les agrada mayormente el “duende” y la clase torera. Cumplió una vuelta al ruedo.

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