Dolor crónico, por M. Ríos


 

Cualquier dolor persistente que dure más de 6 meses se denomina crónico. Puede ser debido a una enfermedad activa como la artritis, el cáncer o un nervio dañado. Puede tratarse del resultado a largo plazo de una alteración aparentemente curada. El dolor crónico puede estar provocado por la tensión emocional. Sea cual sea la causa, existen medios para aliviarlo.

El dolor agudo aparece cuando las terminaciones nerviosas llamadas nociceptores reciben la estimulación de sustancias químicas liberadas por tejidos inflamados o dañados. Estos mensajes le advierten de que algo va mal: por ejemplo, ha pisado una chincheta, está demasiado cerca de un fuego o tiene un músculo dañado, el apéndice inflamado o un corte en un dedo.

El dolor persistente resulta más complicado. Los nociceptores estarán implicados, sin duda, si existe una enfermedad activa que daña algún tejido: por ejemplo, la presión en el nervio debido a una hernia discal o destrucción de un hueso provocada por un tumor maligno. No obstante, algunos tipos de dolor persisten incluso cuando los tejidos parecen haber curado o, lo que resulta más confuso, cuando nunca han existido evidencias de un tejido dañado.

Los tratamientos médicos contra el dolor agudo incluyen antiinflamatorios no esteroideos y analgésicos. Ciertos tipos de dolor persistente pueden suavizarse con anticonvulsionantes y antidepresivos, pero el tratamiento a largo plazo para la mayoría de dolores crónicos exige no sólo soluciones médicas, sino también un enfoque holístico que incluya factores psicológicos y de estilo de vida. La terapia física puede ayudar a las personas aquejadas de dolor articular o muscular crónico.

Hacer ejercicio:

Un modo efectivo y no farmacológico de combatir el dolor es la fisioterapia y el ejercicio. El equilibrio entre el descanso y el ejercicio constituye un paso importante para afrontar cualquier alteración crónica. La instrucción más habitual cuando se sufre un dolor agudo en situaciones como en un ataque de artritis o un esguince muscular es el descanso para evitar que el daño se agrave y para permitir el desarrollo del proceso curativo. Si, en cambio, el dolor es duradero, el descanso por sí solo puede ser peor remedio que la enfermedad. El ejercicio es vital: evita que los músculos se debiliten o se tensen, lo que podría provocar más dolor y nuevos esguinces. El movimiento muscular también favorece la producción de endorfinas nuestros analgésicos naturales. Los atletas, por ejemplo, permanecen ajenos a le lesión sufrida hasta que termina la competición debido al aumento de los elementos químicos en el cerebro, incluyendo las endorfinas.

Los médicos, los fisioterapeutas, los osteópatas, los quiroprácticos pueden ofrecer consejo sobre el tipo y el nivel de actividad convenientes, así como el desarrollo gradual de un rutina. Los terapeutas ocupacionales pueden aportar idea para las tareas laborales y domésticas.

Aprender a relajarse

Otra herramienta esencial para contribuir al propio alivio es la relajación. El dolor crónico puede desencadenar un círculo viciosos de estrés, tension, miedo, ansiedad, más dolor y más estrés. Como cualquier reacción relacionada con el estrés , ejerce un efecto negativo en la salud, ya que reduce la circulación, incrementa el ritmo cardíaco, tensa los músculos y altera la digestión y los patrones de sueño.

La relajación física y mental profunda ayuda a romper el círculo. La relajación permite fluir la tensión y las toxinas fuera de los músculos y los órganos, favorecela producción de endorfinas y da al cuerpo la oportunidad de utilizar sus propias facultades curativas. Por lo general la relajación profunda implica una combinación de respiración rítmica y relajación progresiva del< cuerpò mediante la tensión y la relajación de cada grupo muscular. A algunas personas les gusta visualizar una escena tranquila o una época en la que se sentían plenamente felices y relajadas. La visualización también puede ser una herramienta para implantar pensamientos positivos que ayuden a controlar el dolor en la vida cotidiana.

Las terapias complementarias contra el dolor crónico incluyen la psicoterapia cognitiva. La acupuntura puede servir de ayuda contra algunos tipos de dolor crónico. La digitopuntura, los masajes y la aromaterapia pueden ayudarle a relajarse, incrementar los niveles de endorfinasy su tolerancia al dolor.

Tratamiento neurológico.

El alivio del dolor sin fármacos puede obtenerse mediante la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea. Una pequeña máquina envía impulsos eléctricos

A través de electrodos hasta la parte del cuerpo que duele. Puede provocar alivio al aportar la producción de endorfinas o bloqueando la trnamisión de la sensación del dolor al cerebro. Puede aliviar el dolor crónico en un tercio de los casos.

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