David Galván sorprendió al público de la localidad abulense desde el recibo con el capote por chicuelinas mirando al tendido, con mucho temple y despaciosidad. Ya con la muleta se impuso ante el de Pablo Mayoral, un animal al que le costó humillar pero al que Galván cuajó de principio a fin imponiendo su mando y temple. Remató la faena por estatuarios y un precioso abinequeo y su labor fue premiada con las Dos orejas.
Vuelta a los ruedos tras su percance en Albacete y vuelta al triunfo de esta importante temporada.
Etiquetas: