El cuento de los conejos, por José Lozano Pino


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Este soldado se llamaba Arturo había cumplido la mili en Córdoba. Cuando llego a Ronda se entero que el rey de Ronda tenía tres hijos dos varones y una hembra. La niña estaba en edad de casarse y su padre buscaba la forma de encontrar el hombre adecuado.

Puso unos bandos por todo el pueblo comunicando que el hombre que quisiera casarse con su hija debería seguirla durante cinco horas y sino lo conseguía seria ahorcado. La niña andaba más que el viento, todos los lunes salía con un hombre y a todos los ahorcaban.

Arturo se apunto y se fue a la sierra para prepararse. Conforme se acercaba el día se iba poniendo nervioso. Se fue a una fuente a lavarse un poco. Se sentó a pensar y se puso a llorar. En esto se presento una viejecita, le pregunto ? ¿que te pasa militar, porque lloras?- . El le contó el caso a la abuelita, que lo consoló y le dio la solución. Fue a su casa le tarjo una chaqueta, unos zapatos y un gorro muy viejos. Le dijo” cuando llegue el momento te pones las tres cosas y ella no te vera a ti, pero tu a ella si”. El lunes se presento en el palacio. Salieron a caminar, el siempre detrás con sus tres cosas puestas era invisible. La niña tenía un paso fuera de lo normal. Cuando llevaban una hora caminando se paro debajo de un árbol, miro para atrás no vio a nadie y exclamo -¡estoy libre, me cambio de zapatillas y continuo-¡Arturo que estaba a su lado -dijo no tenemos tiempo que perder, continuemos. Se quedo de piedra, era la primera vez que le pasaba. Continúo otra hora más y las mismas palabras y el contesto igual- continuemos. La princesa estaba cada vez más cabreada. Por fin llegaran al final y Arturo al lado de ella se quito la tres prendas. La niña se disgusto mucho. El soldado había pasado la prueba, Se tendría que casar con él. Se vinieron en unos carros para palacio. Cuando el rey se entero se llevo un gran disgusto, porque ni a la princesa ni al rey les gustaba el bueno de Arturo. El rey pensó le digo que venga mañana y lo someto a otra prueba, mas difícil todavía y así fue. Lo cito al día siguiente para hablar con él. Le tenía preparada una prueba peor que la anterior. El rey tenia muchos conejos de pelo rojo, se los trajo Cristóbal Colon de América. Le trajo una collera solo, pero habían criado mucho.

Le entrego una docena de conejos completamente de pelo rojo que por aquí no existían. Lo mando al campo , a la cabaña que le habían asignado con los doce conejos, tenia que volver a los tres meses con todos los conejos. El rey pensaba en cuanto los suelte en el campo se le escapan todos. Arturo se fue otra vez a la fuente y se puso a llorar. Apareció la viejecita y le pregunto-¿que te pasa militar que estas llorando otra vez?-.

Le contó el caso y la viejita se fue y le trajo una trompeta diciéndole- suelta los conejos en el campo, cuando quieras que vengan tocas la trompeta, todos vendran.Asi fue todas las mañanas al son de la trompeta aparecían los conejos.Aprovechando esto los enseño a hacer instrucción.Con su ropa les hizo un traje a cada uno. Era para ver los conejos al son de la trompeta haciendo instrucción.La cabaña estaba en la falda de una montaña, tenia muy buena agua .En esa falda estaba la fuente donde se veía con la anciana. Una buena mañana por la loma de enfrente apareció un coche de caballos a toda velocidad con dos soberbios caballos negros.Arturo pensó que alguien de la casa real se acercaba y así fue ,era el príncipe mayor que se llamaba Sebastian. Se presento muy amablemente porque no se conocían.Le comento que el rey se hallaba indispuesto y quería ver a su conejo preferido que se lo tenia que dejar para dar el gusto al rey. Arturo asintió pero con una condición, lo tenía que herrar de la cacha derecha del culo.Discutieron durante unos minutos pero al final el príncipe consintió.Fue marcado con un hierro en su trasero y luego lavado con agua de la fuente milagrosa. Acto seguido Sebastian se llevo al conejo en un saco.Arturo hizo sonar la trompeta y el conejo rompió el saco para volver con sus compañeros. Cuando el príncipe llego a palacio, entrego el saco a su padre, este lo abrió y se lo encontró vacío por poco no le da algo.

Al que hizo dos mese se volvió a repetir la visita .Esta vez era el otro principe. Estaba Arturo con sus conejos haciendo gimnasia cuando apareció por el cerro de enfrente un coche de caballos tirado por dos soberbios caballos blancos. Del carruaje se bajo Gaspar, que así se llamaba el príncipe menor. Saludo atentamente y se presento. Volvió a pedirle el conejo preferido del rey, escudándose en que estaba enfermo, cosa que no era verdad. De nuevo Arturo asintió pero con una condición, las mismas que a su hermano pero esta vez seria marcado en la cacha izquierda. Todo esto ocurría sin decirle que su hermano ya estaba marcado.Gaspar consintió a regañadientes. Fue marcado en su cacha izquierda y lavado con el agua milagrosa de la fuente donde se encontraba casi todos los días con la viejita. Metió al conejo en un saco y salio a toda prisa .Cuando anduvo unos metros Arturo hizo sonar su trompeta, el conejo rompió el saco y volvió con sus compañeros.

Arturo estaba cada día mas contento. Cuando faltaba solo diez días para presentarse en palacio con los conejos, se vio en la loma de enfrente una gran polvareda, esta vez se trataba del coche oficial del rey tirado por cuatro caballos tordos los mas bonito que había visto en su vida, conducidos por su majestad el rey Leopoldo en persona. Arturo formo a los conejos y cuando el rey se apeo del coche le dijo-a la orden de su majestad-El rey le saludo con mucho afecto como habían hecho sus hijos, todo esto ocurría porque ni el rey ni la princesa querían al soldado.

El rey no sabia de los aconteceres de sus hijos ni lo que le esperaba a el. Cuando le pidió los dos conejos para la reina, que estaba enferma. Arturo volvió a asentir pero con una condición, en este caso le tenía que marcar las dos cachas del culo. Después de muchos dimes y diretes el rey acepto. Se bajo los pantalones y le herró las dos cachas para luego lavárselas con agua de la fuente. Acto seguido le entrego los conejos y el rey partió más que contento rumbo a Ronda. Nada mas salir Arturo tiro de la trompeta y la hizo sonar. Los conejos rompieron el saco reforzado que era y volvieron con sus compañeros. Ni que decir tiene que cuando el rey llega a palacio casi se desmaya al abrir el saco y comprobar que no estaban los conejos.

Ya solo quedaba esperar a la fecha para volver con los conejos. Arturo seguía optimista pero se esperaba otra prueba. El ultimo día hablo con la viejita que lo animo mucho.Arturo le pidió que lo acompañara a palacio. La viejita accedió. Arturo se puso a lavar los conejos, los vistió de militar y se puso a esperar que llegaran a recogerlo. Efectivamente apareció un lacayo vestido a la antigua usanza con un viejo carro tirado por dos mulos. Los conejos los tenia Arturo en un cajón que había preparado en el tiempo que le sobraba. Cargaron y partieron dirección a Ronda. Llegaron a palacio saco los conejos. Los formo en hilera y se dispuso esperar al rey que tardo un buen rato. Una vez apareció se saludaron y le dijo aquí tenéis vuestros conejos después de tres meses como me pedisteis. El rey simulando alegría ordeno a un lacayo retirarlos.Acto seguido se dirigió a Arturo pidiéndole se presentara al día siguiente para una ultima prueba .Arturo que no se esperaba tener otra prueba, estuvo a punto de abandonar pero la viejita le hablo al oído convenciéndolo.

A la mañana siguiente apareció Arturo y su hada madrina. Observaron que había dos tarimas una en frente de la otra. Fueron llegando mucha gente y por fin apareció la familia real.Todos juntos el rey, la reina, los príncipes y la princesa Leonor. Mandaron a Arturo a la tarima de enfrente en la que solo había una silla. Mandaron a un lacayo con una misiva en la cual indicaban la prueba a hacer .Junto a la silla había tres sacos en los que para pasar la prueba habría que introducir tres verdades que nadie pudiera revocar. Arturo que no era torpe, penso rápidamente. Cojio un saco y empezó a decir en voz alta dentro del saco ? Señores sabrán ustedes que el hijo mayor del rey esta marcado en su cacha derecha del culo con un hierro. Pego un soplido en el saco y lo amarro para que no se saliera aquella verdad . Si alguien quiere negarlo que se baje el pantalón y lo comprobamos. He dicho.

El rey al oír esto pensó para si, detrás voy yo. Veras que vergüenza me va a hacer pasar. Se bajo de la tarima. Se puso detrás de un árbol, desde donde divisaba a Arturo. Asomándose empezó a hacer gestos intentando llamar la atención de Arturo con la mano derecha levantada y con el dedo índice estirado moviéndolo de derecha a izquierda. La mano izquierda dando cachetes en el culo para que no siguiera con aquello. A todo esto Arturo seguía con sus verdades y se preparaba para soltar la segunda en otro saco.-Señores sabrán ustedes que el hijo menor del rey esta marcado con un hierro en su cacha izquierda. Repitió lo mismo que si alguien quería comprobarlo que se bajase el pantalón. Nadie salio a negar esta verdad tampoco. El rey seguía detrás del árbol haciendo gestos cada vez mas exagerados para que Arturo lo viese y no siguiera con la prueba. Arturo seguía a lo suyo sin inmutarse. Cojio el ultimo saco para la ultima verdad, el rey ya no podía mas .Se dio por vencido y se dispuso a escuchar a Arturo que a gritos dijo la ultima verdad ?Señores sepan ustedes que su majestad el rey esta marcado con un hierro en las dos cachas el culo. Pego un gran soplido dentro el saco, lo amarro y los tiro en la tarima de la familia real. Si alguien es capaz de negar estas verdades que se quiten los pantalones sus majestades .El rey se dio por vencido, ni podía negar la verdades, ni se atrevía con mas pruebas por si acaso. Felicito a Arturo, diciéndole el domingo próximo será el casamiento con la princesa Leonor. Así fue, acudió todo el pueblo al enlace matrimonial y fueron felices y comieron perdices.

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