José Antonio Ortega | Los Barrios
Seguro que más de uno se ha preguntado alguna vez cuál es o cuáles son las claves del éxito económico de los alemanes. Yo, al menos, sí que me lo he preguntado en más de una ocasión. Y sobre esto va precisamente el texto que sigue.
Aunque no se hagan falsas expectativas si se piensan que tras su lectura van a conocer de pe a pa el secreto de tal enigma. ¡Qué más quisiera! Si así fuera, no estaría escribiendo estas líneas ahora. Es probable que estuviera ya de asesor del Gobierno en el área de Economía, en la de Trabajo y Seguridad Social o hasta a cargo de algún ministerio.
Lo que sí voy es a apuntar alguna que otra consideración al respecto, aportar algún dato ?por lo demás, ya conocido? y ofrecer un botón de muestra.
Es verdad que son numerosas y de muy diversa índole las razones que explican que Alemania sea la primera potencia económica de Europa. Y es verdad que muchas de esas razones de las que siempre se hablan rayan en el tópico. Tales como que es un pueblo puntual, laborioso, disciplinado, etcétera, etcétera. Méritos éstos que, por supuesto, no pongo en duda.
Sin embargo, tampoco es cuestión de ahondar mucho y ser algo así como un sociólogo experimentado, para poner el punto de mira en ciertos y sencillos aspectos que arrojan luz sobre el éxito económico alemán sin que tengamos que remontarnos a los tiempos del Sacro Imperio Romano Germánico, ni muchísimo menos, o llevar a cabo un estudio científico y concienzudo. La cosa es simple, me parece. Se trata de ponerle pragmatismo, imaginación y osadía, para cambiar fórmulas que no funcionan por otras que sí, a la actividad en el mundo de la empresa. Sin necesidad, por supuesto, de que todo el mundo se convierta en un Einstein de los negocios.
Es posible que, llegados a este punto, todavía haya quien se diga: “¿Y por qué Alemania?”. Aunque la pregunta ?a poco que uno se preocupe de enterarse de lo que pasa en el mundo en el que vive? tiene fácil respuesta.
No está de más que fijemos nuestra atención en este país en un momento en el que desde España, Italia, Grecia y Portugal miramos con recelo hacia nuestro gran socio europeo. El gobierno de Merkel sí puede que tenga algo o mucho que ver en parte de los inconvenientes para superar las dificultades económicas a las que nos enfrentamos españoles, italianos, griegos y portugueses. Pero los alemanes, como tales, no. Todo lo contrario, creo yo. De manera que bien haríamos en tomar nota de lo que éstos hacen y dejan de hacer. Especialmente en lo que se refiere a la gestión empresarial, la administración de recursos humanos y las relaciones laborales. Es decir, la columna vertebral de lo que se entiende por economía productiva.
Un ejemplo representativo, que ilustra parte de lo que hasta aquí he dicho, es Visual-Meta GmbH, una empresa que personalmente conozco y de la que ?conste? no voy a cobrar comisión ninguna por traerla a colación en este artículo.
Radicada en Berlín, Visual-Meta da cobertura en la red de Internet a más de 160 tiendas de venta online desde las que se comercializan 5.470 marcas y 1.320.000 productos diferentes, a través de la plataforma ShopAlike (Shoppala y LadenZeile), con presencia en 15 países europeos, entre ellos España, desde la dirección www.shopalike.es
Se trata de una empresa joven, moderna e innovadora, no sólo porque inició su andadura hace apenas 4 años, sino también porque se nutre de jóvenes, pero jóvenes sobradamente preparados, y porque ha hecho de la innovación el eje de su actividad, en este caso en el campo del comercio digital.

Sin embargo, el aspecto que yo quería destacar de Visual-Meta es el relacionado con la importancia que dentro de la organización se da al trabajo en equipo, a la motivación personal y profesional y, sobre todo, al trato entre y hacia los trabajadores, a los que se les hace sentirse responsables, útiles y partícipes. Detalle éste, aparentemente insignificante, que explica, en buena medida, los altos índices de productividad que allá se registran y el elevado grado de compromiso que en cada proyecto o emprendimiento une a empleadores y empleados.
“La motivación en el trabajo juega un papel crucial en las empresas jóvenes. La empresa es el lugar donde el trabajador pasa un gran número de horas a la semana y es de gran importancia que se sienta cómodo y a gusto en ella”, nos señala Natividad Pérez, directora general para España de la citada compañía.
“Muchos empresarios consideran que la motivación se basa exclusivamente en el salario y, como trabajadora que soy, puedo afirmar que es un pensamiento totalmente erróneo. Después de casi cinco años trabajando en Berlín, me he dado cuenta de que uno de los factores que más influye en el trabajador es tener una atmósfera de trabajo agradable y una buena relación con los compañeros”, afirma esta joven española, natural de San Fernando (Cádiz), que, aprovechando su formación, salió de España hace cinco años para labrarse un futuro, como lo han hecho y lo siguen haciendo hoy cientos de miles de jóvenes, muchos de ellos andaluces.
“Visual-Meta ?nos explica? otorga una amplia flexibilidad de horarios a sus empleados y no lleva a cabo un control sobre las entradas y salidas de los mismos, dado que lo más importante para la empresa es que cada uno cumpla con responsabilidad su cometido y esto se refleja en los resultados. Pone a disposición de los trabajadores salas de recreo para que compartan juegos y estrechen relaciones. Organiza para éstos eventos y quedadas. Promueve iniciativas deportivas, ofrece desayunos, facilita formación y clases de idiomas, salas de relax, libertad y un pequeño presupuesto para que cada empleado decore a su gusto su oficina. Y todo esto sin olvidar los pequeños gestos, como felicitar y regalar en fechas señaladas, o, lo que es más importante, la cercanía, calidez, afabilidad y comprensión de sus necesidades que en el día a día les ofrece”.
Es ésta una tendencia en el ámbito de la organización empresarial que poco a poco ha ido ganando terreno en la mayor parte de los estados más desarrollados de Occidente. Particularmente, en países como Alemania, Austria o Dinamarca, donde se lleva la palma. Al menos entre aquellas empresas que han querido romper viejos esquemas y explorar caminos nuevos. Tendencia que viene a sustituir las agotadas fórmulas de estructuras anticuadas, piramidales y excesivamente burocratizadas, extendidas incluso entre las pymes, como secuela de prácticas puestas en boga durante el auge de la industrialización.
Al igual que en la década de los 60 del pasado siglo muchos jóvenes españoles emigraron y trajeron a su regreso costumbres nuevas, mentalidades más abiertas, mayores nociones de democracia, los jóvenes que ahora se encuentran en los países más prósperos de la UE, y los que se están yendo, seguro que traerán cuando vuelvan ideas nuevas y provechosas que contribuirán a la renovación del tejido empresarial español, a una concepción de las relaciones laborales más acordes con los tiempos que corren y, en definitiva, a la construcción de una economía más productiva, competitiva, dinámica y pujante que la actual.
No obstante, y en tanto esto ocurre, ya va siendo hora de que en este país empecemos a probar sin complejos de ningún tipo aquellas experiencias, de eficacia más que contrastada, que puedan ser trasladables y redunden en más crecimiento y más empleo. La escandalosa cifra de paro que sufrimos así lo exige. En el pasado Alemania nos sirvió de modelo para construir nuestro estado democrático y de derecho y en este presente en el que nos encontramos quizá pueda servirnos para retomar la senda de la prosperidad perdida.







