Patricio González | Ecritor y analista
Se habla mucho del túnel del Acceso Norte por la cantidad de accidentes que vienen ocurriendo en el mismo y que el pasado catorce de enero, uno de estos accidentes, se llevó dos vidas. Ahora, esta semana, otra vez, con dos heridos leves.
La polémica siempre ha acompañado a esta zona del acceso norte, unos dicen que por la tremenda curva que tiene en su interior, otros dicen que tiene mal el peralte. La verdad es que no tiene muchos defensores este túnel y ya se ha presentado el proyecto de un segundo túnel de acceso para mejorar las condiciones con los dos.
Pero también, y hay que decirlo, es lamentable la velocidad con las que algunos salen y entran al túnel. Tenía un máximo de 50 kilómetros/hora que después se rebajó a 40 kilómetros/hora. ¡Y que pocos conductores respetan esta velocidad!.
A mi me parece fenomenal el que se haya presentado el proyecto del segundo túnel de acceso, pero, desde luego, lo que no puede esperar ni un día más es la instalación de radares tanto a la entrada como a la salida del mismo. Y con una pareja de la Guardia Civil que vaya cogiendo in fraganti a todos los infractores.
Se colocan radares en sitios que realmente no hacen falta y, sin embargo, en este túnel realmente peligroso y en el que se cometen a diario infracciones de exceso de velocidad que en este caso pueden llegar a ser mortales como ocurrió el pasado día catorce de enero, no se toma una decisión de carácter urgente.
Que se haga lo que tenga que hacerse. Que se arregle lo que haya que arreglar, que se haga el segundo túnel, pero lo que hace falta ya, sin demora ninguna, son los radares.
Pero también todo esto ocurre porque no respetamos los límites de velocidad y, fundamentalmente, los camiones que salen del puerto que muchas veces da miedo cruzártelos en pleno túnel.
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