El valor de El Alvareño le reporta la única oreja del segundo festejo del X Encuentro Andaluz de Escuelas

Las complicaciones de los erales de la ganadería de Gavira, unido a la bisoñez de varios alumnos, han sido los motivos princiales del escaso resultado positivo de la novillada de promoción celebrada esta mañana en la plaza de toros de Las Palomas de Algeciras, que acoge durante todo el fin de semana el X Encuentro Andaluz de Escuelas de Tauromaquia. Destacó el valor de El Alvareño y las formas de Fran Gómez y Fernández Ramos.

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SÁBADO, 19 DE SEPTIEMBRE

Plaza de Las Palomas / Algeciras / 12:00 horas

NOVILLOS: Se han lidiado novillos de Gavira, deselucidos y complicados.

ALUMNOS: -Daniel Soto (Escuela La Algaba), vuelta al ruedo.

-Fran Gómez (Escuela Jerez), silencio.

-Serrano Rey (Escuela Córdoba), saludos.

-El Alvareño (Escuela Atarfe), una oreja.

-Fernández Ramos (Escuela El Puerto), vuelta al ruedo.

-Juan Cortés (Escuela La Línea), palmas.

INCIDENCIAS: Un cuarto de plaza.

El Alvareño está muy nuevo. El alumno de la Escuela de Atarfe (Granada) tiene una ganas desmedidas y un valor, a veces insconciente, pero valor necesario para seguir puliendo los defectos y lagunas técnicas. Se llevó varias volteretas pero fue el único que cortó una oreja a base de querer ante un novillo altón y bastote que no humilló y ofreció complicaciones. Fran Gómez, de la Escuela de Jerez, tiene ya medio oficio aprendido. Técnicamente es muy bueno el chaval y tiene personalidad y gusto en su toreo. El novillo no era fácil, aunque con buen fondo; había que atacarle, y Fran lo empujó en la muleta para hacerle embestir con recorrido. Perdió las orejas con el descabello, eternizándose.

Fernández Ramos, de San Fernando pero inscrito en la reciente Escuela de Tauromaquia de El Puerto de Santa María, bajo la dirección de José Luis Galloso, quiso siempre hacer las cosas con pureza y verdad, toreando de frente y ofreciendo la panza de la muleta. El novillo, andarín, no facilitaba ese tipo de toreo y el muchacho no encontró brillo a su esfuerzo. Mató bien aunque necesitó descabellar.

Daniel Soto, de la Escuela de La Algaba, toreó en primer lugar aunque estaba anunciado el último porque por la tarde torea en su pueblo y tenía que llegar a tiempo. Fue todo voluntad pero pecó de frialdad. El alumno de la Escuela de Córdoba Serrano Rey está verde y se llevó una auténtica paliza. Cerró el festejo Juan Cortés, un torero agitanado de la Escuela de La Línea que entre el viento, sus precauciones y las probaturas quedó su actuación deslabazada y sin eco.

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