Esta claro que corruptos son todos: los que se corrompen y los que los sostienen. La corrupción es consustancial con el sistema político de representación sí, pero un individuo sensato puede ser engañado una o dos veces, la tercera no. Muchos, eso es evidente, votan a un político por lo que representa y no por lo que puede llegar a ser. Este país ha heredado la corrupción del régimen anterior, que exportó la corrupción como elemento estructural de la sociedad.
Hay tantos ejemplos de políticos corruptos que son refrendados por sus conciudadanos que hace pensar que una gran parte de la ciudadanía comparte los métodos, mientras crean se puedan beneficiar de la corrupción. La ética es un valor a la baja. El sistema capitalista es de por si el paradigma de la corrupción. Hay que ser siempre el mejor, el mas poderoso, el mas fuerte…el caso es competir aunque haya que dejar por el camino los despojos de los derrotados, los vencidos…
En este tinglado es evidente que el sistema necesita un referente descafeinado de izquierdas que, en nuestro caso, es el PSOE. Gane un PSOE o el PP el sistema no corre peligro, se cubre así, un maquillado interés por la lucha de clases. El PSOE es la izquierda que quiere la derecha. Pero eso, realmente, no es izquierda. El problema de la corrupción política en España, según los principales analistas de la política española, se concentra desde hace algunos años en el gobierno local se ha convertido en un lugar común entre los que quieren enriquecerse con la cosa pública. En nuestras manos está, después del rechazo de la mayoría de la población a esta forma de hacer política. La pregunta es ¿Hay electores corruptos o simplemente políticos corruptos?.
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