Lo que llamamos hoy en día Internet proviene de una red de comunicaciones creada por el Departamento de Defensa Americano en plena Guerra Fría para solventar la vulnerabilidad de su sistema de comunicaciones, cuyo nombre inicial seria Arpanet.
Esta red ha ido evolucionando a través de los años incluyendo en ella el potencial informático de las universidades y centros de investigación, lo que unido a la posteriormente incorporación de empresas privadas, organismos públicos y asociaciones de todo el mundo supuso un fuerte impulso y dejó de ser un proyecto con protección estatal para convertirse en la mayor red de ordenadores del mundo.
Internet dejó de ser un simple medio de transferencia de información, ahora además de transferirse, puede crearse, compartirse y almacenarse. De tal modo que las primeras páginas que poseían un contenido específico, sin demasiada flexibilidad y con una presentación un poco básica, dieron paso a las páginas que conocemos hoy en día las cuales son más ricas en información, videos, sonidos y comunicación constante. Ahora Internet, mas que acortar distancias, las hace desaparecer por completo.
Hace siete décadas era causa de ingreso en un manicomio pensar que alguien desde Estados Unidos estuviera jugando una partida de ajedrez con otra persona desde Europa a través de una red de ordenadores. Ahora no solo es posible, sino que incluso ha llegado un momento en el que estas personas pueden estar viéndose y hablando como si estuvieran sentado uno al lado de otro y ya esta práctica se ha vuelto una cosa habitual, lo cual nos lleva a poder estar en contacto con alguien al otro lado del mundo, compartiendo ideas y sentimientos, pudiendo almacenar fotos de los primeros años de tu hijo, proyectar como será tu próxima salida o conocer el amor de tu vida, etc.
Las ventajas de Internet son innumerables, de tal modo que ha llegado a ser una herramienta básica tanto en hogares, como en puestos de trabajo y ya lo podemos encontrar hasta en cafeterías, restaurantes, aeropuertos y muchos lugares públicos incluso muchas personas llevan internet en sus bolsillos tanto en teléfonos móviles, como en libros electrónicos.
Pero como dice el refrán “De esto tan bueno no dan tanto” detrás de todas estas maravillas existe un gran peligro para el cual los padres de familia no están preparados:
Ante tal volumen de información, Internet abre las puertas a un mundo sin leyes y crea un entorno en el que hay que saber asomarse. Con tan solo un clic se puede acceder a paginas de venta de drogas, a la iglesia de Satanás, a paginas que promueven la drogadicción, manuales de fabricación de bombas, a instrucciones de cómo matar a los enemigos, a paginas de brujería, a la tabla ouija virtual y a lo más influyente y tentador, la más extensa biblioteca de pornografía del mundo con millones de opciones para atentar no solo con la pureza de nuestros hijos, sino la propia.
Por este motivo nosotros debemos realizar un análisis sobre si conocemos o no lo que estamos manejando y manejan nuestros hijos, puesto que muchas veces estamos muy orgullosos de ellos porque son unos genios con los ordenadores ya que se pasan muchas horas estudiando e investigado y en realidad no sabemos que están expuestos a todo tipo de informaciones, no solo a las grandes bibliotecas del mundo sino al contacto con personas que ni siquiera ellos conocen, a redes pornográficas, narcotráfico y mucho más.
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