CONVIVENCIA PEÑA ATLETICO LOS BARRIOS

VÍDEO | Manuel Moreno Vega recibe la insignia de oro de la Peña Atlético

En el trascurso de la convivencia que la Peña Deportiva Cultural Atlético Los Barrios ha celebrado en una finca de Benharás se procedió a la imposición de la insignia de oro de la entidad al socio Manuel Moreno Vega.

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El presidente de la peña Juan Trapero impuso el escudo de la entidad (ver foto galería)  a un emocionado Moreno. Previamente Luis segundo procedió a la lectura del acuerdo de la Junta Directiva, una semblanza en la que se desglosa la trayectoria deportiva del homenajeado.

Durante el acto de imposición de la “Insignia de oro” de la Peña Cultural Deportiva Atlético Los Barrios a Manuel Moreno Vega (Manolito Piña), celebrada el pasado sábado, el socio de la entidad Luis Segundo desglosó una semblanza sobre el homenajeado

“Particularmente para mí hoy es un gran honor el poder estar aquí de nuevo con todos vosotros y homenajear a éste gran futbolista que perteneció a nuestro Club, y sobre todo a ésta gran persona.

Cuando me incorporo, en la temporada 1971/72, a la disciplina del Club Atlético Los Barrios, empiezo a escuchar como comentan los directivos, el poner en marcha la creación de una cantera donde abastecerse de jugadores locales. Es cierto que en aquella temporada la mayoría de jugadores que componíamos la alineación, éramos de localidades cercanas. Esto no quiere decir que esa fuese la tónica general desde la creación del club. No era así, hubo temporadas anteriores a mi llegada, que la composición de jugadores eran totalmente local, y en temporadas posteriores también lo fue. Sería algo circunstancial o
puntual que se diese en aquellas fechas esa proporción, por lo que yo creo que el motivo fundamental fue el convencimiento que un club con una buena cantera es un club permanente y con futuro, por lo que había mucha ilusión en llevar a buen término dicho proyecto. De lo que si se dieron cuenta fue que la “materia prima”, los chavales, los tenían en cantidad y calidad.

Pasan un par de temporadas y concretamente en la 73/74 ocurre un hecho, para mí determinante, que puso en marcha dicho proyecto. Uno de nuestro compañeros de juego, Pepe Luís Morante, se lesiona, con la fatalidad que le obliga a tomar la decisión de dejar el deporte activo. El club ve la ocasión para ofrecerle a Pepe Luís Morante la dirección
técnica de dicha cantera. Vamos que se produce un trueque de jugador por entrenador. Ese cambio fue fundamental para dicho proyecto y un total acierto, como así se demostró posteriormente; el equipo senior no paraba de recibir buenos jugadores de la cantera.

A base de esfuerzos y dedicación, la entidad puso en marcha el sistema, y tanto directivos, técnicos y por supuesto las familias que aportaron a sus pequeños, algunas aportaron dos, tres o más elementos, formaron a futbolistas que ya no solo engrosaban las filas del primer
equipo local, sino que se podía permitir el lujo de abastecer a otros de la comarca. Ejemplo de familias que aportaron a jugadores, los tenemos en los Piña.

Casi todos los miembros de la familia Piña, aquellos que eligieron el fútbol para practicarlo lo hicieron, desde mi punto de vista, bien con notas altas, sobresaliendo entre ellos; Manolo y Carlos.

De Carlitos (q.e.p.d.) ya lo hemos dicho todo. Recuerdo que en la celebración del 50º aniversario del club, celebrado en el Hotel Real de Los Barrios, le dijimos que para muchos, creo que para todos, hasta ese momento, era el mejor futbolista nacido en Los Barrios.

Al hilo de lo comentado quiero aprovechar éste momento para felicitar a la Corporación Municipal de ésta Villa y agradecerles el gesto de ponerle el nombre de tan destacado deportista, al campo de fútbol de ésta Villa; enhorabuena y gracias.

De Manolito, yo diría que también se puede enmarcar como uno de los futbolistas notables de ésta Villa. Fue técnico, habilidoso, delicado, inteligente y adelantado en su manera de ejecutar éste deporte. Téngase en cuenta que en aquellas fechas y categoría primaba el físico sobre la técnica, él era menudito y a primea vista pasaba desapercibido en el campo.

Los técnicos de los equipos contrarios cuando lo veían calentar decían: “un chaval … uno menos”, hasta que empezaba a tocar la pelota, entonces esos mismos siempre coincidían en decir “cuidado con el pequeño, no dejármelo que controle, quién lo marca”…

Manolito como casi todos, comienza en la calles del barrio y después, gracias a la afición de su padre D. José Moreno Piña, que fue un gran aficionado y directivo tanto de la Sociedad Deportiva como de nuestra entidad, lo enrola para la entidad. Recorre y juega en varios
equipos de la comarca; San Roque y Recreativo Linense, parece ser que también se interesó por él un equipo de primera división, para verlo y hacerle prueba.

Tuve la suerte de jugar en su contra y a su favor. Decir que al igual que con su hermano Carlos, era muy gratificante jugar con él, te la daba siempre de cara, al primer toque, con ventaja, y en ocasiones prefería que tú marcases a hacerlo él. Me explico; había ocasiones en que estaba solo ante el portero, miraba y si te veía cerca, en mejor posición, te la pasaba, antes de tirar él y jugársela con el portero. Eso siempre, en éste deporte, ha sido considerado como un gesto de calidad de la persona que lo ejecutaba. Para mí, en esas situaciones, tiene más mérito e importancia el pase que el gol. Pues de esa manera marqué muchos goles, jugando a su lado. Esas jugadas dieron lugar a una leyenda que decía que no marcaba goles porque tenía muchas dudas a la hora de tirar a puerta.

Hasta donde yo se y viví, aquello no fue así. En primer lugar por lo expuesto anteriormente, el porcentaje de hacer gol en esas jugadas en que se encontraba solo ante el portero era menor que hacer el pase al compañero mejor colocado y que se quedaba a puerta vacía. Y en segundo lugar decir que hacía goles, no tantos como un delantero pero en una media similar al resto de los centro campistas y os pongo un ejemplo que así lo demuestra: En la final de la Copa Primavera 1978, celebrada en el campo del San Roque C.F., él marcó uno de los dos goles (2-1) contra el Recreativo Linense, el otro lo marcó Manolo Fernández (q.e.p.d.) y fuimos campeones. En ese torneo eliminamos a cuatro
equipos, siendo máximos goleadores con 4 tantos, entre otros, Enrique y yo, y él marcó 2 goles. Es decir la proporción de goles marcado, en función de la demarcación, él centrocampista y nosotros delanteros, fue mejor la de él que la nuestra. Además en la crónica de ese partido, el gol que él marcó fue de “gran trallazo” y lo destacaron como uno de los mejores jugadores en la final.

El Manolito como figura que era tenía su “tela” también, digo esto porque los jugadores técnicos ya se sabe lo que hacen, entre otros recursos; un regate y te tiran al suelo, cuando te levantas una cachita, te la enseña cógela, y cuando vas por ella te la quitaba, te cabreabas ibas como un poseso y te hacía “un sombrero” y después la pasaba de tacón.

Ponía al personal “en carne viva”, ¿Qué hacían con sus cabreos?, pues ya que no puedo molestar al pequeño, lo haré con los delanteros”, y allí estábamos los tres que recibíamos y recogíamos ”las furias” que iban para los “figuras”.

Cuando jugaba en su contra me decía: “no te dejes caer si chocamos en mi área”, cosa que nunca ocurrió, ya que el jugaba de centro campista adelantado y yo delantero centro, no nos veíamos hasta el final del partido después de la ducha, porque, entre otras cuestiones,
conociendo como conocíamos ambos a “aquellas defensas” no era plato de buen gusto el bajar a defender ni a lo tuyos, ni a nadie. Algún día os contaré una anécdota que me ocurrió, la única vez que bajé a “echar una mano a mi defensa”… que valor había que tener para meterse allí.

Si como futbolista fue notable como persona es sobresaliente; alegre, comprometido, solidario, desprendido y generoso. Para mí, como sabéis, a parte de amigo, forma parte de mi familia, como si fuese un hermano menor, “por eso le regaño a veces, porque últimamente está muy cabezón y se viene arriba”, pero, después de más de 50 años juntos, nunca hemos tenido ni el más mínimo momento de desacuerdo. Sencillo,
afable, servicial, siempre a disposición para lo que se le requiera.

Yo particularmente le tengo respeto y cariño. Gracias a personas como él se hacen las grandes entidades y gracias a él y a otros como él, estamos hoy aquí reunidos en recuerdo de un humilde club, que ellos hicieron grande.

Por todo ello ésta Peña le da de corazón las gracias por su entrega, fidelidad y cariño hacia el Club Atlético Los Barrios.

Nuestra más sincera enhorabuena”.

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