Ya sabemos que son muchos los municipios que ahora se ven endeudados e incapaces de pagar a sus acreedores, debido principalmente a esta puñetera crisis. Hasta ahí, en cierta manera, no tengo más remedio que callarme porque esto me pasa también a mí , que ya me he declarado insolvente y hasta moroso porque soy incapaz de ser responsable de mi propia economía.
Pero he de reconocer que me parece no menos que una payasada lo que los diferentes sindicatos municipales están haciendo con sus pitos y concentraciones.
Y me pregunto: ¿Es que no son valientes para no ir a trabajar los días que hagan falta hasta que no se les abone cuanto se les adeude al último y humilde trabajador de esta empresa municipal?. …Pues por lo visto no es así , y es que el amiguismo entre estos sindicatos y la clase política es más que palpable. Y si no que se lo pregunten al “farso” de Antonio Rodríguez que dice una cosa en la concentración, megáfono en mano, y otra cuando los sindicatos ni sus representantes no están presentes y niega aprobar el convenio colectivo y la retribución de los atrasos.
Aquí, en mi Villa, parece que cada político ? aunque representen las mismas siglas- va por su lado…Con el desconcierto que esto produce ¿Verdad Tomás, tú que entiendes?… y en cuanto un trabajador se resbale un poquito nada más o lo despiden, si pueden, o bien me lo trasladan a Palmones o a algún otro lado para que no se escuchen sus quejas y al mismo tiempo sirvan de escarmiento ante los ojos de los otros compañeros.
Aquí, amables lectores lo que verdaderamente el pueblo necesita son políticos- que no se las den de demasiado glamour ni de prepotencias-.Porque , como sabemos, la vida da muchas vueltas. Y a ver si éstos que nos han metido en este atolladero son capaces de sacarnos de él. Que son muchas las familias de Los Barrios que las están pasando canutas, y ustedes- señores políticos- sois los primeros , estoy seguro de ello, en recibir cada mes sus pingúes retribuciones. Y vamos a dejarlo ahí, porque me está subiendo hasta la “bilirruina”. Manolito, como me decía mi abuelo, que ladren los perros…
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