Sr Romero, voy a hacerle un ruego y es la segunda vez que lo hago públicamente. Le ruego el mismo respeto y la misma consideración que exige para usted y para su equipo de gobierno.
Mir, acusa usted al partido socialista de cinismo, de no tener escrúpulos, de bajeza moral, a la hora de realizar declaraciones, o lo califica, sin dudar, de carroñero político. Pues bien, he de recordarle, que quien gobierna y gestiona es usted, y que el partido socialista se encuentra en la oposición, eso está claro, como el agua. Su responsabilidad es gobernar y la nuestra fiscalizar su gobierno. Estará de acuerdo con mi exposición de cuáles son las competencias que cada uno debe asumir.
Usted realiza las declaraciones que estima pertinentes, sin importarle la cantidad y la calidad de las mismas. Se cree en posesión de la verdad absoluta. Si las declaraciones, por el contrario, las realiza el partido socialista somos unos irreverentes y, según usted, sólo lo hacemos para torpedear su gestión y la de su magnífico equipo de gobierno.
Pues bien, he de decirle que mi memoria aún no me falla, gracias a Dios, no sé la suya, y que he estado ocho años formando parte del equipo de gobierno socialista, estando usted en la oposición. No me cuente más milongas acusándonos de cínicos o de que intentamos obstaculizar su gestión. Si no recuerdo mal, el mejor ejemplo de cinismo y de obstaculización a la labor de gobierno, lo han dado ustedes en la oposición. Como si no se entiende que, después de diecisiete meses de gestión del equipo de gobierno andalucista y, ante un hecho desgraciado y luctuoso, estén haciendo todo lo posible por responsabilizarme en el suceso.
Si hace diecisiete meses que son ustedes equipo de gobierno, elegido legítimamente en las urnas, como usted no se cansa de repetir, ¿a qué viene esta operación de desprestigio hacia mi persona?. ¿Esto no es bajeza moral, esto no es falta de escrúpulos, esto no es cinismo, señor Romero?.
La gestión que llevé a cabo siendo presidenta de la Junta Municipal de Distrito de Palmones puede ser valorada por usted como mejor le parezca, el tiempo pondrá las cosas en su lugar, pero no me va a hacer responsable de algo en lo que no he tenido nada que ver. Demuestra una falta de ética total y absoluta al actuar de la forma en la que lo está haciendo.
Esto, ¿qué es?, ¿el mundo al revés?. Usted acusa y nosotros debemos callarnos, usted gobierna y nosotros no tenemos derecho a ejercer nuestra labor de oposición.
Es tal su deseo de aniquilación de este partido que considera que el fin justifica los medios, pues no, señor Romero, no todo vale para conseguir sus fines. Siento que su inquina no le deje ver el horizonte.
¿No se da cuenta de que los ciudadanos de este pueblo observan, analizan, valoran y deciden?, ¿o cree usted que por ser el alcalde está libre de todo mal?, y mientras, los demás, no nos merecemos ni un ápice de su consideración.
Le vuelvo a reiterar que usted no puede acusar, juzgar y dictar sentencia, sin indicios , sin pruebas y, peor aún, sin ser juez.
Es hora de poner pies en pared. Estoy ofendida e indignada ante las amenazas veladas que vierte en sus notas de prensa. Si he llegado hasta aquí con todos los obstáculos que he tenido que sortear a lo largo de mi vida, lo seguiré haciendo.
Le ruego que recapacite y sea respetuoso en sus declaraciones. Su equipo de gobierno, con usted a la cabeza, lleva diecisiete meses gobernando, la gestión es suya, la responsabilidad de la gestión es exclusivamente suya, para lo bueno y para lo malo, y nuestra obligación, como la suya, es velar por el bienestar de los 23.000 ciudadanos y ciudadanas de este municipio. Cada uno en su sitio, cada uno ejerciendo su responsabilidad. Tenga en consideración este ruego y asuma la responsabilidad que le corresponde.
Señor Romero, ahora sí que está utilizando artimañas para intentar salir indemne de una situación que debe afrontar con rigor y seriedad. La manida artimaña de la herencia recibida ahora sí que no vale. Deje de lanzar pedradas al aire. Si piensa que ese es el camino correcto sígalo, pero no le voy a permitir ni a usted, ni a su equipo de gobierno, que sigan poniendo en duda mi integridad moral en el ejercicio de las funciones como miembro del equipo de gobierno socialista, cada vez que les venga en gana, con declaraciones y actuaciones claramente malintencionadas.
Seré responsable de mi gestión, pero, después de diecisiete meses de gobierno andalucista no pretenderá que sea responsable, también, de la suya.
Sólo le pido un favor: no me utilice para eludir sus responsabilidades. No sé si calificar esta situación como de bajeza moral, de cinismo, de no tener escrúpulos o de carroñería política. El calificativo se lo dejo a su elección.
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