Los silencios de la gente envidiosa están llenos de …, nada


 

José Lirio Jiménez | Vecino de Los Barrios

La envidia nunca vive sola, ella convive con las críticas las murmuraciones, los chismes etc. Esta consume todas nuestras fuerzas y se convierte en opiniones, pero opiniones pobres en nuestras vidas.

Este país es muy envidioso y desperdicia mucho tiempo ocupándose de otros, en vez de ocuparnos de nosotros mismos. Existe una expresión que dice casi siempre se me ha pasado el tiempo, y lo haré mañana, sin preocuparse que mañana obtendrá el mismo resultado, si antes no sé rompe el circuito de la critica. El filósofo español Miguel de Unamuno, la describe así: La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual. Napoleón Bonaparte afirmó: La envidia es una declaración de inferioridad. Este país esta plagado de mediocres inferiores y vidas obsesionadas sobre todo en una gran mayoría de la política española esta, obsesionada en la vida de cada partido, en los logros de terceros; lo que hizo uno, y lo que hizo o no hizo el otro, y mientras tanto la casa sin barrer y así nos va, son vidas políticas que no pueden ver lo que ellos mismos tienen por delante, son gente que se niegan darles valor a aquellos logros y éxitos que alcanzaron otros, y lo destruyen por la envidia son personas que están cegadas ante el valor de sus propias vidas, vidas que poseen sin ser poseídas, sin ser explotadas al máximo nivel de todo el Estado, para el goce de todos sus conciudadanos.

Un viejo dicho popular dice: Si miras mi éxito, mira también mi sacrificio. Y sin pretender ser dramático pero si realista. Hace falta y es necesario reconocer que muchas personas que hoy están en lugar de privilegio son porque han sido constantes en la vida y la constancia se premia, ellos decidieron pagar el precio del trabajo, del esfuerzo, y mojarse siempre un poco más que los demás. Han dedicado mucho tiempo en escuchar a sus mentores, a superarse, a sanar cada emoción que lastimaba a su estima, deteniéndolas en el camino de sus sueños durante muchos años de sacrificio, contagiando a todo el país en buen estado de bienestar. Y ahora vienen cuatro desalmados que no realizaron sacrificio alguno, y lo quieren obtener todo por la cara sin trabajar, y arruinando al país y al resto que lo zurzan. Y esto lo hacen con personas que han sabido sembrar para mas tarde cosechar, que han sabido hablar, y pedir lo que necesitaban, y ahora vienen estos desalmados golpeando y derribando puertas cerradas sin detenerse por la envidia de quienes dejaron al país lleno de felicidad y orgullo, con sacrificio y valentía, y ahora una panda de cobardes envidiosos quieren destruirlo todo.

De modo que nuestra envidia dura siempre más que la dicha de aquellos que envidiamos. Muchas veces juzgamos según nuestro gusto de las cosas, pues fácilmente perdemos el verdadero juicio de ellas por el amor propio. Por la diversidad de los pareceres y opiniones, muchas veces se levantan discordias entre amigos y vecinos, entre religiosos y devotos. Las costumbres antiguas con dificultad se quitan, y ninguna deja de buena gana su propio parecer. Así qué, para analizar la conducta de las personas hay que adoptar el paradigma de la prevalencia del espíritu sobre la materia. Donde se adoptan principios de vida como el comportamiento, la ética como principio básico, la integridad, la responsabilidad, el respeto a las leyes y reglamentos, el respeto por el derecho de los demás, el amor al trabajo, el esfuerzo por la inversión, el deseo de superación, la puntualidad, y el amor a tu país, etc. Así que ver algo errado no debe generar la indiferencia.

De modo qué, es necesario cambiar la mente y nuestro pensamiento para poder rectificar todos nuestros errores, ya que nuestra preocupación debe ser con la sociedad. Porque la envidia abrasa todo germen de virtud y destruye con ardor todo bien, y con ella se daña uno así mismo, las disputas entre partidos solo engendran pleitos odios y ocasionan riñas que solo sufre el pueblo censillo y llano, lo mejor para el país es aunar criterios con todo lo que sigue la educación, la cultura, la vida, la moralidad, la espiritualidad, la ética, la honradez, la honestidad, la humildad, la valentía de decir las cosas claras sin mentir, y la unidad de España, estas son las razones el porqué se deben plasmar las conciencias colectivas. Y hasta que muchos de los políticos no consideren que España sea una sola Nación, mientras esto no ocurra España no empezará a funcionar bien. Con estos criterios y es mi opinión es la única forma de levantar este país, sin envidias, y trabajando todos codo con codo.

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