¡Todo es para mejor!
¿Seguro? … No lo parece cuando abrimos los periódicos, cuando nos enteramos de los desastres climáticos y medioambientales, cuando escuchamos noticias de asesinatos de manos de hombres hacia mujeres (que son los que más salen en las noticias). No lo parece cuando me entero de que en mi tierra hay familias que están en pie de guerra por discrepancias sobre vacuna sí o vacuna no …
Noticias aquí y allá, entre España y Austria, políticos usando la situación sanitaria para dividir la población. No, no es bonito lo que sale en las noticias, lo que me cuenta mi gente allí, … Y no obstante insisto, y no me cansaré: todo es para mejor.
¿Cómo puedo decir esto?
Muchas personas que han pasado por el infierno – personas que han perdido todo: dinero, relaciones, su hogar … – coincidirán conmigo. Todo es para mejor. Lo sabemos después, cuando nuestra vida ya ha tomado otro rumbo. Lo sabemos cuando decidimos sacar fuerza de la situación adversa. No obstante, mientras nos anclamos en el lamento por lo perdido, en la queja por lo que ocurre, mientras nos resistimos a ENTREGARNOS al cambio, es posible que vayamos de peor en peor.
Es una experiencia que todos podemos comprobar. Si ponemos la mirada hacia el nuevo futuro que vamos a crear desde ahora, desde este punto de salida, comienzan los cambios para mejor.
Esto vale tanto en el ámbito muy personal, donde es más fácil, como en el ámbito global, donde los cambios para mejor son mucho más lentos. Y no olviden, siempre habrá quienes pongan toda su energía en empeorar la situación. No está en nuestras manos lo que hagan otros. Solo nos queda esto: vibrar más alto; unirnos con cuanto más personas que quieran ir juntos, poner energía positiva, hacer fuerza unida, compartir e inspirar, crear un nuevo futuro sostenible y justo donde se puede vivir con dignidad, y con riqueza.
¿Riqueza? ¿Cuál es tu concepto de rico? Es abundancia, ¿verdad? Es creer en un futuro donde no hay temor al mañana – ni por guerras, ni por desastres, ni por hambre. Rico somos y seremos cuando dejemos de envidiarnos, cuando soltemos la amargura por el status quo, cuando acojamos las críticas con gratitud porque nos ayudarán a hacer mejor lo que pretendemos hacer bien. Igual hoy no ha salido tan bien. Pero si nuestra intención es hacerlo bien y hacer el bien, cada vivencia, cada palabra, aunque sea una crítica, será para mejor.
Es esto lo que me repito cada día últimamente como un mantra: todo es para mejor. Este mantra sirve para seguir levantándome y evitar ese gran mal hábito que tenemos los humanos, el lamentarnos por el pasado y temer que se repita en el futuro. Esos temores condicionan nuestra vida de tal manera que bloquea el posible éxito, el éxito que, en realidad, está a la vuelta de la esquina. Créanme, en realidad el pasado no existe. Solo existe y existirá lo que elegimos meter en nuestro futuro.
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