MONTE DE LA TORRE

Carta a sus majestades los reyes de la infancia


 

(Que  nadie  borre  de   la   boca   de  los  niños  la  sonrisa  que   augura  un mundo  de  dicha  para  todos/as. Que  la  paz  apague  todo  el   fuego  de   guerras  y   cruentas  divergencias.)

Majestades:

Este  niño  que habita  desde  hace setenta  años  en un cuerpo  de un hombre    os   escribe   esta epístola  llena  de ilusión pues,  gracias a  mi presencia,  este ser   sigue manteniendo  viva  cada  día  la  esperanza  de  un mundo  solidario . Mi petición va dirigida a  los tres, pues  pienso  que  hacerlo  solo a uno sería  casi discriminatorio. Disculpad   que  no redacte  esta misiva a  mano  y con pluma  de  ave,  como  sería  normal  en los tiempos  de nuestro excelso  D. Miguel  de  Cervantes  Saavedra, pero,  comprended  admirados   Reyes ,  que  hay que  vivir  de acuerdo  a  los tiempos  y  también espero  que  este heraldo al que entrego  la misiva  , el  céfiro  navideño,   bien sepa que  mi expresión, dada  mi edad, mi escasa  formación cultural  y  los  problemas  visuales  que me  afectan   no puede  compararse  con el grandioso y bello estilo  cervantino,  pero también  hablo en  Román paladino  y,  como niño   que  soy,  seré  conciso y claro.  No valen circunloquios, eufemismos ni metáforas, hay que llamar a las cosas por su nombre y calificarlas por su esencia.

Deseo  que  el regalo que  os demando  lo pueda  compartir  con todos  los niños  del mundo, como  bien saben vuestras  majestades,  no sirve  de nada  ser  egoísta   y  hacer  peticiones  para  uno,  lo que  es  de uso individual  lo debe ser  para  la colectividad.

Ruego  que  no  me  traigáis  en las  alforjas  de  vuestros  camellos  nada  material, esos cargamentos son  excusados  e innecesarios , pues en unos  días  pasarían  al “Testaccio” colectivo.  Hay  que  contribuir  a  eliminar  el  derroche consumista  que  solamente  aporta  más diferencias  sociales  y contribuye  a que  la pobreza  y la crisis mucho  más  se agudice  en este mundo.  Lo que  si  es necesario  es   que en el  próximo  año  no  me  dejéis  carbón  pues  no deseo  que me  acusen  de  contaminar  el  planeta  con  energías  poco ecológicas. Hay que, según acordaron en la última Cumbre, reducir   a tope el uso de combustibles fósiles. La  única energía  que  pretendo me  aporten  es  la  de  los  sentimientos esa que  es  renovable, limpia  y pura , por  eso en  Navidad  hay que  aprovechar  para  fomentar  los  lazos solidarios  .

Os estaréis  preguntando qué  quiere  este  niño  que  decía   iba  a ser  claro  y escueto   y  más dificultad os supone entenderlo. Bien, amados Reyes  del gran reino  de la infancia, tenéis  razón;  resumiré  para   no perderme  en el piélago  de  las palabras .Deseo  que  traigáis  el  “Libro de los Valores”.  Sí,  ese   que   es muy  parecido  al  Quijote  , pues,   tanto  uno como otro,  son imprescindibles  para  saber  vivir.  En cada hogar   de nuestro país, y si puede ser del mundo, que no falte un ejemplar   de estos.  Yo, como saben, os lo he pedido en otras ocasiones, y siempre me habéis dejado una nota que decía: “El Quijote ya lo debían tener en tu hogar y el Libro de los Valores   también,  sin ellos, amiguito,  no  hay  familia”.

Es verdad, en  mi  casa  tenemos ambos  manuales y los trasmitimos  de generación en generación   por eso,  nuestros  lazos familiares  son sólidos  y firmes,  pero   deseo  que  me  traigáis  la nueva  y actualizada edición, esa  que, como es gratuita,  nadie valora  y , lo que es peor,  hay quien  arranca  sus  hojas  y  las  tira  al aire  en añicos. El  Libro  de  los  Valores  aunque tiene muchísimas  páginas  no es voluminoso  y  su lectura  es  comprensible  y sencilla a pesar  de  que en la actualidad  muchos  no entienden  nada  y si  lo leen  no lo aplican  por eso el orbe  está  siendo  sometido y subyugado  por  la violencia, las  guerras , …

Por  favor,  disculpad,  me ha caído  una  gotita  de lágrima   en este  papel  , pero  ella  es  insignificante comparada con   las  muchas  que  brotan  de ojos  de  inocentes   que sufren  por  el dolor  que  le causan  los  múltiples Herodes . Sequen   esas lágrimas y  los  terribles ríos  de  sangre   que tiñen, ahogan  e inundan  la Tierra .  Que  el aroma  de  la  paz  sea  como gota de rocío  que espera en la flor  de  las vidas  el  rayito  de  sol  de  fraternidad  que  el  mundo   tanto necesita para  que  luzca  la  concordia y unidad  en la pluralidad.

Un abrazo   de  un hombre- niño  que siempre  tendrá abierto  el Libro  de los Valores  para   que  se divulguen  y  hagan  que el orbe  sea  una  gran familia  nuclear  pero universal.  El mejor  capital no son los dineros, es  el amor  y  ese,  bien saben ustedes,  que  al  Señor   fueron adorar,  es  el  que  se  presentó entre  pastores  en un pesebre de  Belén,  el  Niño Dios ,  que debe habitar   en todo  humano corazón.

No permitan  que  el hermoso jardín de  la infancia  sea  contaminado, esquilmado  y destruido  por la peor plaga. Por favor, no quiero envolturas  coloristas hipócritas  de  cajas  que contienen  odio, envidia  y discriminación. El regalo  que  precisamos  es  que no se  corten  las alas  de  la humana  libertad  y  que  el  sueño  infantil sea  siempre  real, tierno  y dulce  y nunca  dramático  y trágico.

Fdo. El niño eterno, el ser sincero.

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Opinión Pepe Pol

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