José Antonio Ortega / jaortega@jaortega.es http://www.jaortega.es | Periodista y escritor
Estaba yo pensando en un argumento que me sirviera de excusa para poder dedicarle una semana más al Excmo. Alcalde de Los Barrios el artículo que cada semana publico en este periódico y no atinaba a decidirme. Y no atinaba no por falta de motivos, sino por todo lo contrario. Es decir, por abundancia de ellos y dudar sobre cuál elegir.
Pero, mira por donde, al final no he tenido que calentarme la cabeza demasiado. La ocasión, dicen, la pintan calva. Y, si me apuran, en lo que a mí respecta, incluso con cara de Romero. El señor primer edil me lo vuelve a poner a huevo. No sabía yo que la suerte laboral de este servidor que les escribe –simple y mero auxiliar administrativo, como hay a quien le gusta recalcar– fuera fuente de preocupación de quien preside el Ayuntamiento barreño y centro de atención de la oficina de comunicación de la institución. Ni en mis mejores ni en peores sueños podía imaginármelo.
Como ya es sabido, el pasado viernes el Ayuntamiento de Los Barrios se hacía eco de una información rotundamente falaz referida a mi persona que, como no podía ser de otra manera, tenía que desmentir y he desmentido recurriendo a todos los medios a mi alcance. Pero, y esto es lo más importante, la desmentía poniendo por delante, y publicando, la documentación que demuestra la falsedad en la que desde la oficina de comunicación municipal se incurre, no voy a decir que por voluntad de quien redacta y difunde la nota, sino por quien la dicta, que no es otro, como ya se pueden imaginar, que el señor alcalde. ¡Como si no tuviera el hombre otro problema más importante que atender y resolver derivado de la responsabilidad de su cargo que joderme a mí, en la medida de lo posible, tanto como le gusta joder a todo aquel que no comulgue con sus malas ideas!
No obstante, por si la cosa no ha quedado todavía bien clara, y para tranquilidad de aquellos a los que le preocupe o le interese el tema, insisto. El Juzgado de lo Social Único de Algeciras no ha dado la razón al Ayuntamiento en cuanto a mi segundo despido. Ni muchísimo menos. ¡Qué más quisieran el señor don Jorge Romero y compañía! Lo que ha hecho es llevar la cuestión a un nuevo procedimiento, el abierto con motivo de la demanda que yo interpuse tras ser nuevamente despedido al día siguiente de ser readmitido por mandato del juez. Además de señalar fecha para la celebración de la vista oral de la causa, que tendrá lugar el próximo 19 de mayo, y –lo que resulta bastante significativo– citar expresamente a la fiscalía para que se persone por presunta vulneración de derechos fundamentales. Pero, claro, esto no lo manda contar el alcalde a través de su gabinete de prensa ni de coña. Y créanme que lo entiendo. Lo que no entiendo es la estupidez exhibida metiéndose en esta clase de berenjenales. Porque, si en lugar de intentar confundir a la opinión pública con la desfachatez que acostumbra, se hubiera quedado calladito en lo que se refiere a este menester, se habría ahorrado el trance de quedar, como ha quedado, en evidencia.
Así pues, espero y deseo que, a estas alturas de la película, la mayoría de la gente haya empezado a darse cuenta de cuál es la verdadera catadura moral de quien, por un accidente histórico lamentable, del que muchos ciudadanos de este pueblo a buen seguro que se están arrepintiendo, hoy es primera autoridad del municipio.
Quien tenga ojos para ver que vea y oídos para oír que oiga. Como bien dice el refrán, la mentira tiene las patas muy cortas.
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