La creación del Aula de Convivencia surge como una necesidad de dar respuesta a la atención educativa que requiere la diversidad del alumnado de los centros. Se plantea como una medida para dar respuesta a las nuevas necesidades y realidades del alumnado, planteándose como un espacio para reflexionar sobre las habilidades sociales y su aplicación a las situaciones de la vida diaria, posibilitando así una mejor adecuación conductual.
Con estas actividades se pretende además reducir el número de partes y expulsiones, así como mejorar el rendimiento académico y prevenir y reducir situaciones de absentismo.
Los alumnos entrenarán habilidades sociales y técnicas de resolución de conflictos reflexionando fundamentalmente en situaciones cotidianas en las que pueden mejorar sus respuestas.
Este taller está impartido por un técnico municipal los lunes y miércoles en el Instituto Sierra Luna y los martes y jueves en el Carlos Cano.
En total son trece alumnos los que inicialmente asisten a esta aula, aunque se plantea como una situación flexible y abierta que pueda adaptarse a la incorporación de otros candidatos, o la no participación en el taller una vez que se hayan alcanzado los objetivos planteados individualmente.
Andrades ha destacado que este aula era una demanda de del colectivo de padres y profesores, así como del equipo de menores de la Policía Local. “Este aula va a posibilitar que los alumnos aprendan a responsabilizarse de sus propias acciones, pensamientos, sentimientos y comunicaciones con los demás y contribuir a desarrollar actitudes cooperativas, solidarias y de respeto .Nuestro objetivo es trabajar en la prevención con los menores por la educación”.
Entre las habilidades sociales que se imparten está las tareas de reconstruir y favorecer su autoestima y autocontrol. Ayudarle a adquirir una buena disposición hacia las tareas escolares. Resolver los conflictos de manera pacífica desde el diálogo y la reflexión. Además de compensar las deficiencias que impiden a algunos alumnos o alumnas su integración escolar. Educar para la vida, potenciando las relaciones interpersonales de cada alumno o alumna, es decir, para su integración satisfactoria en la comunidad.