El 29 de octubre se inicia Monólogos Científicos, The Big Van Theory

El concejal de Educación, Manuel Molina, ha anunciado este mediodía que el próximo 29 de octubre llegará a Los Barrios la iniciativa Monólogos Científicos, The Big Van Theory (científicos sobre ruedas), dentro del programa divulgativo Ciudad Ciencia, impulsado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Obra Social La Caixa y el Ayuntamiento de Los Barrios.

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Redacción / Foto: Archivo | Los Barrios

Un matemático, un biólogo, un físico de partículas y un biotecnólogo abordarán diversos temas de ciencia de forma entretenida y cercana en el edificio El Pósito a las 19.30 horas, abierto a todo el público de todas las edades.

Por la mañana a las 12:00 de ese mismo día harán un pase en privado a los alumnos de 4º de la ESO y Bachillerato de los IES Carlos Cano y Sierra Luna

Molina ha señalado que a través de este monólogo, “explicarán “¿para qué querría un físico de partículas colisionar cien mil millones de protones? Un show de aproximadamente una hora y media de duración donde varios monologuistas se suceden en el escenario explicando lo mejor de su campo de investigación con humor.”

“Está demostrado científicamente: la ciencia con risa entra. Por eso que van a institutos, colegios y otros centros de conocimiento y educación para que los jóvenes se enganchen a la ciencia. Un espectáculo teatral interactivo durante el cual voluntarios del público suben al escenario para realizar experimentos científicos”, apunta el edil de Educación.

Sus historias dramatizadas introducen a los espectadores en la experimentación científica. A través del juego aprenderán conceptos científicos punteros y, lo que es más importante, la utilización del método científico para la toma de decisiones razonadas y basadas en el conocimiento.

Molina ha indicado que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Obra Social La Caixa continúan con su proyecto divulgativo de ciencias y el Ayuntamiento de Los Barrios, a través de las áreas de Educación y Cultura, “continuaremos programando conferencias y talleres con el fin de acercar la ciencia de forma sencilla y didáctica a nuestros jóvenes y no tan jóvenes”.

The Big Van Theory demuestra que la ciencia también puede ser divertida. Y no, eso de Van no es una errata, no hablamos de televisión, hablamos de cómicos. Son los 'científicos sobre ruedas' que se han echado a la carretera para hacer divulgación científica de una manera muy diferente a la habitual. No más publicaciones con términos indescifrables que nadie entiende. Para estos investigadores la ciencia es para todos, así que utilizan “el humor como accesorio”, como un lenguaje universal que es capaz de llegar a todas las personas.

Como ellos mismos explican en el prólogo de su libro Si tu me dices GEN lo dejo todo, de la editorial la esfera de los libros, para un científico no es fácil ser gracioso. Uno de los miembros del grupo, el investigador del CERN -el mayor laboratorio del mundo, que acaba de cumplir 60 años- Javier Santaolalla, ha confesado que, aunque se considera una persona con un amplio sentido del humor, “es un trabajo que le cuesta bastante”, así que escribe sus relatos de base científica y luego pasa el tiempo “madurando chistes” sobre ellos.

No es así para todos, pues algunos, como Helena González, están más habituados a la labor cómica. Licenciada en Biología y en Bioquímica, y doctora en Biomedicina, Helena pasó sus años de universidad haciendo monólogos para costearse sus estudios y, además, fundó la compañía de teatro Clowntífics, dedicada a la comunicación científica para alumnos de primaria.

Con eso de ser científicos de día y monologuistas de noche cualquiera se preguntaría si estos investigadores tienen tiempo para dormir, pero, “por suerte”, son 12 integrantes y hacen turnos para las giras. Además, cuentan con el apoyo de sus jefes, que “entienden la importancia de la labor de divulgación”.

Precisamente por ese interés nace The Big Van Theory a raíz del concurso de monólogos científicos FameLab, un certamen “poco común” que se celebra para demostrar la necesidad de explorar diferentes formas de explicar la ciencia. Así, los concursantes se conocen y deciden emprender esta aventura para dar a conocer su trabajo. “Es imposible convencer a las personas de lo importante que es la ciencia si no la entienden”, explica Santaolalla.

Para estos investigadores, la divulgación es “una obligación”, pues sienten “la necesidad de enseñar a las personas en qué invierten sus impuestos, porque, aunque la gente no se da cuenta de su importancia, la ciencia es uno de los motores de la economía”.

TBVT está de gira por los escenarios de toda la geografía española. Sin embargo, sus actuaciones pueden llegar a cualquier parte. “Nuestro objetivo es llevar la ciencia a los rincones menos esperados”, cuentan. Así, a principios de septiembre los investigadores se lanzaron a contar monólogos en el metro de Barcelona. Prometen repetir la experiencia, e incluso tienen intención de aparecer en otros lugares. “Quizá visitemos algún parque donde los jóvenes se reúnen habitualmente”, adelantan.

Y es que estos científicos presumen de ser omnipresentes. De hecho son muy activos en las redes sociales, donde creen “que pueden llegar a todo el mundo y conectar con sus seguidores fuera de los escenarios”, algo que les parece muy importante porque, aunque el trabajo en el laboratorio les resulta gratificante, “también es una labor muy solitaria”, así que en TBVT se sienten muy arropados por su público. “Los aplausos son súper adictivos”, afirma Santaolalla.

Sin embargo, ninguno de los investigadores dejaría la ciencia por el espectáculo, pues es una labor que “no se puede separar. Si dejamos de hacer ciencia perdemos nuestro valor como divulgadores”, explican.

Para TBVT los monólogos no suponen ningún salario importante, así que ellos lo hacen “como hobby”. Por amor al arte, o más bien por amor a la ciencia. Santaolalla confiesa que en realidad conviven “en dos mundos al borde del colapso”, pues tanto el espectáculo como la investigación “están muy castigados por los recortes que ha hecho el Gobierno”.

Sin embargo, los integrantes de esta aventura son optimistas y afirman sin pensárselo dos veces que “al final cada uno tiene que dedicarse a lo que le gusta, y la ciencia es una parte fundamental de nuestras vidas”.

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