¿Viste ayer la lágrima de la flor?
Dicen que es rocio, lloros del mismo cielo,
pero es la lágrima viva de la floral belleza que, ingrávida está en los pétalos.
Si intentas enjugarla, se quiebra y desvanece.
Solamente el Sol, con sus calurosos besos,
puede ser el grandioso paño que seca no solamente las lágrimas sino a la mismísima flor.
Esa lágrima, sensible y tierna, es como una pompa de agua,
si la tocas, al mínimo intento, muere.
En las flores que viven su primera y única primavera,
esas lágrimas son de dicha,
pero, en la flor de los estertores del otoño
la presencia de esos lagrimones
es indicio palmario de lloros de muerte,
de que se acabó de su vida la belleza del grandioso color en un día de calor.
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