Rafael Fenoy Rico | Secretario de Comunicación Educación de la CGT
Cuando de desempleo se habla, uno, no acaba de comprender como el Banco de España, la CMNV (Comisión Nacional del Mercado de Valores: CNMV), y otros organismos varios, nacionales o extranjeros, enarbolan la bandera del aumento de la edad de Jubilación o la proliferación de los “Mini Jobs”. Es curioso que se ofrezca como alternativa a la altísima tasa de paro, que aquellas personas que trabajen se queden más tiempo en el puesto de trabajo, evitando con ello el relevo necesario para que quienes no tienen trabajo lo encuentren. -Además vienen a recomendar que para evitar que las personas en desempleo mayores de 55 años puedan trabajar se permita que puedan hacerlo recibiendo salarios por debajo del mínimo interprofesional establecido por ley.
Y es que estos organismos no piensan en las personas desempleadas, sino en quienes podrían contratarlas. Desde su punto de vista sería interesante que las personas paradas pudieran dejar de estarlo, gracias a que dediquen su tiempo a trabajar muchas horas y por muy poco dinero. De esta forma estas “mentes preclaras” llegan a la conclusión de que la culpa del paro la tienen las personas que lo padecen, porque no se resignan, no se doblegan, a trabajar como sea, donde sea y al precio que sea. ¡Claro¡, de esta forma podrían trabajar millones de personas paradas, eso sí quitando el trabajo a otras, que trabajan en mejores condiciones (de momento) y además con salarios más altos.
Curiosa manera de divulgar las bondades de los “mini jobs” haciendo que todo el mercado laboral se flexibilice y se vuelva a flexibilizar, de tal forma que cambiemos el cocido, por la única taza de arroz diaria, o nuestra manera de vestir por el uniforme tipo “mao set tung”, gorra incluida.
Descerebrados, hijos de …., podríamos añadir calificativos sin parar, pero es evidente que dicen de verdad lo que piensan y eso es de agradecer, después de tanta mentira. Porque realmente piensan que cada cual debe resolver su vida y que si te han estafado, engañado, robado, ¡no te quejes!, haz lo mismo con tus semejantes, como hacen ellos y “A quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga” (A quien Dios se la dio, San Pedro se la bendiga (El Quijote I 45), para enfatizar el mensaje conformista que tanto gusta a los gobiernos de turno, grandes fortunas y banqueros supervivientes. ¡Que no se quejen!, ¡Que se lo han ganado a pulso!, en el fondo ¡Son unos benditos!, se creen todo lo que les decimos desde estos organismos “especializados” en generar “conformidades”.
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