Peor que la falta de memoria, que no siempre depende de quien la padece, es no tener palabra, que sí depende de quien tal carencia exhibe, a menos, claro, que sea mudo. El ahora alcalde puede tomarse como modelo del más peyorativo de los cinismos elevado a la enésima potencia. Entró como un elefante en una cacharrería ?dicho sea sin intención de insultar a la familia de los hasta hace no mucho llamados paquidermos? y así nos está yendo. ¡Lástima que en lo que se refiere a despedir no se le ocurriera en campaña ir al notario! Como todo el que va de salvapatrias por la vida, el hombre es un demagogo consumado. ¡Dios! ¡Qué habría sido de Los Barrios si este señor no hubiera sido puesto a regir sus destinos por la providencia de las urnas, tan sagrada, si no más, que la divina. Su caso podría ser digno de ocupar alguna página en los futuros manuales de Ciencias Políticas. No por su capacidad para la oratoria, que es tan pésima como la mía, aunque es verdad que sí algo más ejercitada, sino por sus facultades para mentir casi sin ruborizarse, en lo que, no me duelen prendas reconocerlo, me supera. Yo ya se lo he comentado a los responsables de PSOE, PP, PIBA e IU en más de una ocasión. A este tío, y no lo digo de coña, debería ficharlo como director de campaña alguno de los partidos citados para ganar las elecciones de 2015. Justo es que se le reconozcan sus méritos.
Nadie discute que la situación económica del Ayuntamiento es complicada, ni que haya que adoptar medidas extraordinarias para solventarla. La cuestión está en los procedimientos. Como me decía no hace mucho una buena abogada, las razones se pierden con las formas.
Lo que son las cosas, el año pasado el anterior equipo de gobierno presidido por Juan Montedeoca presentaba un documento base con un plan de saneamiento y viabilidad laboral para la institución municipal, que implicaba una reducción progresiva de la plantilla, en un plazo de al menos tres años, calificado por el señor Romero, en su papel de portavoz del PA, entonces en la oposición, como de “elitista”. Quizá lo que le hace falta a este hombre es un tratamiento con una dieta rica en fósforo.
No sólo tiene delito ?dicho sea en sentido figurado? lo de plantear un Expediente de Regulación de Empleo como el que acaba de presentar ante la autoridad competente, sino encima trasladar la responsabilidad sobre el mismo a quienes le precedieron ocupando el sillón de la alcaldía. Por mucho que se empeñe, en este país, que no es Finlandia, la mala gestión en sí misma no está penada por la justicia mientras no se infrinja la legalidad, sólo se paga ante los ciudadanos en los comicios y no siempre. Lo que a este señor le gustaría, además de meter en la cárcel a Rojas, Ariza, Montedeoca y compañía, es que todos esos empleados a los que piensa mandar al paro pidieran perdón por haber sido trabajadores municipales. Los ERE’s están previstos, según la legislación vigente, para empresas con ánimo de lucro en dificultades o que persigan mejorar su competitividad, no para las administraciones públicas, que tienen por objetivo la prestación de servicios a los ciudadanos y no que medren a su costa quienes las dirigen, aunque haya quien pueda pensar lo contrario.
Teniendo en cuenta la coyuntura actual, quizá lo que las administraciones locales necesiten no sean políticos, sino gestores. Apuesto lo que quieran a que los concejales se van todos de vacaciones un mes y la administración municipal funciona, probablemente incluso con mayor eficiencia y eficacia. Para lo ofrecido hasta la fecha por este recién estrenado primerísimo edil, más nos valdría a los barreños que se privatizara la Corporación al completo y, ya que tanta ilusión le hace al muchacho ostentar el cargo, que se quedara él solito como presidente honorífico de la misma, por supuesto a cambio de una muy simbólica remuneración.
Entretanto, esperemos que por las ideas que anteceden, expresadas al amparo del derecho a la libertad de expresión, el ilustrísimo -¿o es acaso excelentísimo?- no se nos ponga verde…
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