Francisco Pecino Muñoz, ultimo alcalde de la Segunda República en Los Barrios

Cómo cronista de la villa, además de dar a conocer este periodo de nuestra historia, pretende conseguir testimonios de personas que conozcan algo de la vida de estos personajes.

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Ponerle cara a través de fotos, conocer más de su vida antes y después de la sublevación militar, dignificar estas importantes y desconocidas personalidades de nuestra historia local es el objetivo de una serie de reportajes que irán apareciendo en este medio durante los próximos meses.

El alcalde de Los Barrios que tuvo que lidiar con el intento de golpe de Estado contra Segunda República que desembocó en la cruel guerra civil española, fue Francisco Muñoz Pecino. Estuvo frente a la alcaldía desde mayo de 1936 al 23 de julio de 1936, fecha en que el municipio fue tomado por las fuerzas sublevadas contra el régimen republicano.

La llegada a la alcaldía por la renuncia por motivos personales de José Castillo, hizo que Francisco Pecino tuviese que organizar el municipio entre el 18 y el 23 de julio. Su pertenencia a Unión Republicana (partido que podemos situar en el centro-derecha político), el partido mayoritario entre las clases medias en la villa, y su cargo político, al frente de la alcaldía de la que antes había sido concejal, marcarán su vida a partir de ese momento.

Francisco Pecino nacía en Los Barrios el 9 de julio de 1904, estaba domiciliado en la Calle Santísimo, número 7 y su oficio era zapatero. Era de las primeras veces en la historia de Los Barrios que ostentaba la alcaldía una persona de origen trabajador, y posiblemente fue uno de los alcaldes más jóvenes que ha tenido Los Barrios, ya que fue alcalde con 31 años.

En un proceso que los historiadores hemos denominado como “la justicia al revés”, fue acusado de adhesión a la rebelión, cuando obviamente había sido representante de un gobierno elegido democráticamente, y los que había aplicado la rebelión eran los que se habían sublevado contra el régimen republicano.

Como máximo representante de la alcaldía republicana se le acusó de múltiples delitos; de haber sido interventor y apoderado en las elecciones de febrero de 1936, de tomar parte en la destrucción de la Iglesia parroquial de la villa, de permitir como alcalde, que el comité de defensa de la población talase árboles y los colocase en la carretera para impedir el paso de las fuerzas del ejército sublevado, de firmar unos bandos oponiéndose al golpe de estado, de requisar armas y radios a la población, etc..

En el Consejo de Guerra permanente sumarísimo de urgencia del Campo de Gibraltar, celebrado en Algeciras y que finalizó el 15 de diciembre de 1939, se le impuso una pena de 30 años de reclusión mayor.

Su periplo, al igual que el de muchos campogibraltareños, fue tremendamente duro. Al entrar las tropas sublevadas en el municipio, el 23 de julio de 1936, huyó a Málaga (zona aun en poder de la República), que al caer en manos de las tropas franquistas, hizo que huyera a Cartagena, allí se incorporó al ejercito republicano el 12 de junio de 1938, en la setenta y siete Brigada mixta, trecientos siete batallón, permaneciendo en diversos frentes de guerra hasta que al finalizar la guerra regresó a Los Barrios, donde estuvo detenido y pasó al Campo de Concentración de “La Aurora”, en Málaga, donde fue clasificado y pasó al Campo de Concentración de Rota, desde el que lo enviaron al Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores, nº 4 de la Almoraima.

Una vez en la Almoraima la brigada de investigación de la guardia civil que existía en cada Batallón, a través de los distintos informes de la alcaldía, la comandancia de puesto, la jefatura de falange y la iglesia de Los Barrios, determinan que debe ser juzgado por Adhesión a la Rebelión. Se trataba de las nuevas fuerzas que controlaban la villa desde su caída en manos de los sublevados.

Sería enviado en calidad de prisión preventiva a la Prisión del Partido de San Roque. En marzo de 1940 comenzaría su periplo carcelario, pasando por la prisión del Puerto de Santa María, y la Cárcel de Burgos, desde donde sería enviado a la colonia penitenciaria de El Dueso en Santoña (Cantabria), coincidiendo con personalidades como el dramaturgo Antonio Buero Vallejo o el líder socialista Ramón Rubial. Allí estaría hasta mayo de 1946, fecha en que se le concedió un indulto parcial con libertad vigilada, y pudo salir de la cárcel fijando su residencia en Oviedo, en la calle Torre Alta.

A finales de 1946, llegaría a Los Barrios y fijaría su residencia en la Calle Santísimo, numero 7. Junto a su familiar José Rodríguez Domínguez. Desde ese momento desconocemos su vida y circunstancias en nuestro municipio.

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