Héroe Villegas da tres puntos a la Unión

La Unión tiró de épica, coraje y casta, consiguiendo tres puntos muy valiosos que le acercan al objetivo de mantener la categoría. Edu Villegas se erige en actor principal haciendo un paradón antológico en el descuento. Sale ovacionado por propios y extraños de la Ciudad Deportiva.


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Redacción | Los Barrios

No fue sencillo, ni mucho menos, porque un despiste nada más arrancar el encuentro, puso a la Unión con el resultado en contra, tras un fuerte disparo del centrocampista sevillano Álex Pérez, que enganchó un zurdazo que entró en la meta que defendía Edu Villegas.

Con tan madrugador gol en contra, la Unión despertó y comenzó a soñar despierto, como debe de ser, a sabiendas de que jugaba en la ciudad deportiva José Ramón Cisneros, todo un historico, sobre un tapete verde espectacular dónde cada dia lo pisan jugadores de primer nivel.

El que consiguió sacar del letargo a los barreños, fue Esteven, el central linense cuajó y lideró un partidazo en todos los frentes. Fue un extraordinario defensor cuando su equipo le necesito, estuvo omnipresente en todos los frentes y dominó con precisión cada zona del terreno de juego. Por arriba las despejó en cada ataque aereo, por el raso, las sacaba jugada con criterio y a balón parado, en saques de falta favorables, dio todo un recital de golpeo.

Entonces, como el talento suele contagiarse, empezó a buscar complices y timidamente empezaron a sucederle compañeros. Primero Bezares, tomó protagonismo el guadireño como el mariscal del batallón y se unió al barreño Albi, que en sendos toques, paredes, combinaciones y siempre auxiliados por el teniente Sergio Lata, un jugador con alma de guerrero, empezaron a inquietar al conjunto sevillista, que no se creía la ventaja que habia tomado sin hacer méritos.

La primera mitad fue un continuo intercambio, con balones colgados al área barreña por parte del filial, que escasea en argumentos futbolísticos y recurre al pelotazo con frecuencia. Mientras, los gualdiverdes, comenzaron a desplegarse con los laterales Guerrero y Vera, sin complejos sacaron varios saques de esquina, algunas falas laterales y jugadas que no acabaron con peligro.

Así que todo quedó para la segunda mitad. Los de José Mateo empezaron a quitarse los complejos, a tirarse aún más arriba, a dominar, a tener el balón y a trenzar muchas jugadas. Se sucedían las ocasiones gualdiverdes, con un Lata extraordinario, apoyado en Albi, Bezares e Ismael Ávalos.

Y en una de estas, con el canterano barreño Guti en la moqueta sevillista, tras entrar al partido por Lucas,-todo un acierto del mister de la Unión-llegó un balón a la espalda del central sevillista y fue interceptado por Guti, que tras cambiarle el ritmo a una velocidad inigualable y adentrarse en el área sevillista, desde el perfil derecho y con el interior de su pierna izquierda, disparó al fondo de las redes y empató el partido.

El empate espoléo y animó a los gualdiverdes, mientras que el filial sevillista no podía con los barreños. Estos, animados por el empate se tiraron hacia la victoria y la propuesta en el minuto 80 se consumó. Un balón de Lata al borde del área grande encontró a Nico, que con una serenidad interminable, ajustó al palo izquierdo del portero lo que sería la gran fiesta gualdiverde. Todos abrazados, unidos, juntos, como si de una gran fiesta se tratase a sabiendas de lo vital de los tres puntos.

Restaban nueve minutos para el final, todo un mundo para los barreños. Se replegaron con acierto y salieron a la contra con ideas, aunque algo temerosos y cansados.

Como la Unión no conoce lírica sin épica, continuo sufriendo lo indecible. Una última falta definitiva, en el lateral izquierdo barreño, en el tiempo de descuento. Todo el filial volcado. Un centro impecable muy tocado, encontró la cabeza del ariete sevillista y apareció el héroe improvisado del partido. Como si de un cuento de hadas se tratase, Edu Villegas, actor secundario desde que llegó, se alzó con un protagonismo inimaginable, al más estilo cinéfilo norteamericano, emuló a los dioses. Se suspendió en el aire con una mano derecha voladora y cuando todos cantaban gol, desvió el balón que imparablemente se disponia a establecer las tablas finales. Fue una jugada prodigiosa, de elegidos. El sueño de cualquier portero lo había conseguido Edu. Sus compañeros se abrazaron fuertemente al veterano portero, al héroe improvisado, al salvador gualdiverde.

Tras los abrazos y el saque de puerta no hubo tiempo para mucho más. Sólo para que el árbitro diese por concluido el encuentro y para ver como Edu Villegas era aclamado, abrazado, encumbrado. El guardameta jerezano, con lágrimas en los ojos y ovacionado por futbolístas rivales, por el público visitante y por sus compañeros, no encontraba consuelo y palpitaba emoción, pasión y todos esos intangibles que hacen grande el fútbol. Sus compañeros le mantearon y concluyó la fiesta gualdiverde improvisada.

Lo mejor que deja el encuentro, la moral y la autoestima que recupera una plantilla ejemplar, digna y única que sigue narrando historias imposibles.

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