La Huelga no va a solucionar nada”, esta es una frase que corre de boca en boca, desgraciadamente en muchos casos viene de los trabajadores. Esto, con todos mis respetos, me produce ideas encontradas. Argumentos hay miles, el giro copernicano a políticas de derechas del gobierno, la reforma del mercado laboral que, sin duda, va a traer mucha miseria y desempleo, que facilitará el despido de los trabajadores, casi por cualquier circunstancia, y las pocas conquistas sociales, que tanto han costado, van a ser borradas del mapa de este país para siempre.
Muchos que votaron al PSOE, con la crisis económica pensaron que el gobierno tendría una muy buena oportunidad para reformar, al menos en algunos aspectos, el capitalismo ferroz, la conclusión como estamos viendo es que ese capitalismo ferroz ha reformado a la política, adaptándola a su conveniencia como ha estado haciendo a lo largo de nuestra historia contemporánea.
¿Es la huelga general un instrumento útil de presión política?, (con unos mercados y una economía globalizada en que el grueso de la producción está deslocalizada en países del tercer mundo), una huelga en un país con un sector secundario residual, que importa la energía y un sector servicios del que se ocupan mileuristas, puede ser un error, aunque soy la primera a la que le gustaría que no fuera así, si la huelga fracasa, debilitará muchísimo la posición de la izquierda y va a allanar el camino a más recortes…sobre todo con un gobierno del PP a la vista en 2012.
A todo esto se une la nula credibilidad de los sindicatos, que aunque ahora pretendan interpretar el papel de sindicalistas y huelguistas ya a pocos convencen, al proceso de sedación al que ha sido sometida la ciudadanía desde la llegada de la “democracia”, y en los pocos sectores beligerantes del sistema cunde el desánimo y la sensación de que es todo una gran farsa.
Si la huelga fuera contra los bancos, los empresarios inmorales, el capitalismo, los fondos de inversión, etc., yo me apuntaría y no tendría tantas dudas.
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