Jubilación del profesor Paco Gallego

El profesor de Física y Química del instituto Sierra Luna Paco Gallego Puche se ha jubilado este pasado mes de octubre después de 32 años de docencia en Los Barrios

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Paco Gallego. Profesor IES Sierra Luna 2022

Aunque tanto al comienzo de su andadura en el centro, como al final, ha ocupado cargos en el equipo directivo -durante un breve período como jefe de estudios de mañana, en los últimos cuatro años como jefe de estudios de tarde-, no cabe duda que el punto fuerte de su aportación ha sido su labor docente.

Vocacional desde joven de la Química, su manera de enseñarla ha sido siempre minuciosa, detallada, clara, sin simplificaciones -tan al uso hoy- y con la exigencia de profundidad que requiere el verdadero conocimiento. Es precisamente esa claridad, su talante analítico y su afán por no dejar detalles o matices sin explicar, lo que han hecho de Paco un docente sobresaliente.

Respetado y reconocido por sus alumnos, ha sabido relacionarse con ellos manteniendo ese difícil equilibrio entre el trato afable y la distancia necesaria, que no necesita recurrir ni a la imposición ni al amiguismo. A lo largo de los años, su empeño de hacer comprensible lo difícil ha fomentado también entre sus alumnos numerosas vocaciones por la química en particular y la ciencia en general, un termómetro que mide también, de modo indirecto, la calidad y el valor de un docente.

Más allá del rigor con que ha afrontado su trabajo -tanto docente como de gestión-, en el trato personal Paco es una persona que destaca por su humor inteligente, sus juegos de palabras mordaces y su conversación fluida y amena.

Para quienes han tenido la suerte de tener un trato más próximo, es sencillo también descubrir en él, por encima de todo, una persona tremendamente generosa y apasionada (de una de sus pasiones, el ajedrez, hizo una asignatura en el Centro, que luego se reestructuró como taller), pero también y en no menor medida, un polemista de argumentación poderosa e incisiva o un lector de intereses muy heterogéneos tras los que se esconde una curiosidad ejemplarmente despierta.

Quizá por eso, y desde la perspectiva de quien vamos a seguir frecuentando su trato, la jubilación de Paco no tiene un ápice de tristeza. Cabe felicitarle por su impecable trayectoria, por el trabajo bien hecho y por cerrar de manera brillante una etapa de su vida. Pero se despliega ahora un tiempo de ocio en el que podrá dar rienda suelta a sus pasiones y aficiones, una nueva etapa en que tengo certeza no le sobrará un minuto: consagrada, a lo que de verdad nos hace dignos como personas: ser felices.

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