Nuestros temores

>
 

Está claro que también nosotros los ancianos, a veces nos asustamos con lo que está pasando. Pero, en mi opinión, es importante que distingamos los temores razonables y controlados, de los otros miedos paralizantes de quienes están permanentemente asustados, de quienes, ante el menor cambio, sienten un desmedido pavor.

Es normal que, conscientes de nuestra fragilidad, experimentemos temor a las enfermedades y a la muerte. Es explicable que sintamos desconfianza por los cambios que nos obligan a variar nuestras costumbres y a cometer errores.

Pero deberíamos buscar procedimientos para controlar esos temores irracionales y para evitar que se conviertan en unos miedos paralizantes que nos impidan alcanzar, mantener y aumentar nuestro bienestar. En el fondo, el miedo esa preocupación, ese estremecimiento incontrolado por lo que todavía no ha pasado y quizás nunca pasará, es el vértigo originado por la oscuridad ante el abismo de lo extraño, de lo insólito y de lo desconocido y que sólo se alivia por la presencia reconfortante, estimulante y consoladora de las personas próximas, de los seres queridos, de los familiares y de los amigos.

Noticias de la Villa y su empresa editora Publimarkplus, S.L., no se hacen responsables de las opiniones realizadas por sus colaboradores, ni tiene porqué compartirlas necesariamente.

Noticias relacionadas

 
25 abril 2024 | Patricio González García
Vendiendo humo
 
23 abril 2024 | M. Carmen García Tejera
Crónica del amor mutado en piedra de Carlos María Maínez
 
23 abril 2024 | Rafael Fenoy Rico
Holocaustos del Nazismo y del Sionismo