Ya llegó septiembre,
se van muchas cosas en este mes
tales como las golondrinas, y el mismo verano…
pero, vuelve algo grandioso,
la bonita y dulce marea de los escolares.
Con sus mochilas llenas de libros,
su cabecita revoloteando pajaritos de fantasía,
con sus risas y sus prisas
siempre inundan nuestras calles ;
pero los que más los esperaban eran los colegios.
Pasaron unos meses sin el alborozo infantil
y se sentían tristes y desolados.
Sus ventanas y puertas a cal y canto cerradas
y los patios de recreo tan solos
que hasta el mismo asfalto se derretía en la penosa soledad
porque ni los gorriones venían hasta ellos.
A partir de ahora
esos patios son bellas concentraciones de nuestra población estudiantil.
Unos corren, otros juegan practicando algún deporte
y todos gritan con alborozo demostrando que hay vida ,
esa vida que como si fuera bocadillo no la vamos comiendo,
bocado a bocado, creyendo a esa temprana edad,
que no se acaba, pero no piensa igual
el que sin poder disfrutar de ese patio de recreo,
el castigado, no por la profe pero si por los años,
a ya no poder repetir más curso
porque por su edad no puede salir al patio de recreo
y solamente le queda permanecer sentado en un banco
rememorando aquel tiempo
y diciendo:
”Quien pudiera repetir curso,
para poder estar en el patio de la felicidad,
saboreando, sin saberlo, el dulce de los dulces,
la deliciosa niñez que ya, por mucho que la busque,
solamente queda en el álbum del recuerdo,
tan lejano y lejano que a veces ni lo encuentro”.
Con aprecio y estima a los inolvidables niños,
en especial al que siempre llevamos dentro,
Y con admiración a los profesionales de educación
que ejercen una actividad grandiosa ,
son modelos para los que moldean, los niños.
Feliz curso a todos! Y disfrutad del patio de recreo!
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