Quemaduras solares, por M. Ríos


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Una cierta cantidad de sol resulta beneficiosa, ya que el cuerpo necesita sintetizar la vitamina D y un día soleado mejora el humor de la mayoría de las personas. El exceso de exposición, sin embargo, resulta perjudicial.

Existen dos tipos de radiación ultravioleta del sol que alcanzan la superficie de la tierra: los UVA y los UVB. Un exceso del segundo puede provocar quemaduras y cáncer de piel, y el UVA contribuye al envejecimiento prematuro de la piel.

El grado de sensibilidad al sol de cada persona depende de la cantidad de melanina, el pigmento protector, en la piel. Cuanto más clara sea la piel, menos cantidad de melanina contiene y más vulnerable es a los daños provocados por el sol.

Las quemaduras solares provocan dolor. La piel adquiere un color rojo intenso y pueden aparecer ampollas, y poco se puede hacer aparte de aplicar calamina o una loción de aloe vera para calmar el dolor. Si la quemadura es amplia y grave, tal vez se sienta mareado, deshidratado y con náuseas, todo ello acompañado de dolor de cabeza. Permanezca tapado y a la sombrita.

La sobreexposición al sol puede tener consecuencias más serias que las quemaduras . La queratosis solar se manifiesta en forma de manchas rojas y descamativas en la piel que suelen formarse en la cabeza, el cuello o las manos de las personas que pasan mucho tiempo al sol. Las manchas son benignas, pero podrían desembocar en cáncer de piel.

Uno de los mayores riesgos de la sobreexposición al sol es el cáncer de piel, y la incidencia de esta forma de cáncer ha aumentado de manera espectacular en los últimos años. Se cree que las quemaduras solares graves cambian la composición de la piel, aunque pueden pasar años antes de que el cáncer se desarrolle.

Asimismo, se cree que existe un vínculo entre las quemaduras graves sufridas en la infancia y el desarrollo de un melanoma maligno en la edad adulta; por tanto, proteja a los niños del sol. Ya que son los más vulnerables.

Otra amenaza a largo tiempo del sol es el deterioro de la piel. El bronceado juvenil de hoy se convierte en piel curtida mañana, ya que el exceso de UVA daña irreparablemente la elasticidad de la piel.

Protectores solares

La mayoría de los protectores solares actúan absorbiendo o reflejando los rayos de sol. No protegen contra todos los componentes de los rayos solares y no deben emplearse como sustitutos del hecho de evitar la sobreexposición.

Los protectores solares que bloquean sobre todo a los rayos UVB reducen el riesgo de sufrir quemaduras graves, pero le permiten pasar más tiempo al sol absorbiendo dosis envejecedoras de UVA. Por lo general, estos productos se enumeran del 2 al 45 para indicar su factor de protección. Cuanto más elevado sea éste, mayor es la protección.

¿Qué son las ampollas?

Las ampollas constituyen el modo como la naturaleza tiene de proteger una zona de piel dañada. Por lo general, se forman como resultado de quemaduras o roces ( por ejemplo, los producidos por un zapato que no se adapta bien al pié). El líquido proviene de los vasos sanguíneos subyacentes , y es estéril. Su función es proteger al tejido dañado de las infecciones. No es recomendable, por tanto, pinchar las ampollas, sino dejar que se curen por sí solas.

Algunas enfermedades, como el eccema y el impétigo, provocan la aparición de ampollas. Las ampollas pequeñas conocidas como vesículas pueden acompañar a la erupción de la varicela, el herpes zoster y el herpes simple. De nuevo, es recomendable no abrirlas porque éstas sí que contienen partículas de virus que extienden la infección.

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