Sea en Irán, más acá o en cualquier punto de este mundo debemos ser adalides de los derechos de la mujer; por eso, te animo a que no solo te sueltes el pelo o lo lances al aire y además, lo más importante, que no tengas pelos en la lengua. Es posible que sufras de alopecia, pero es muy triste que dejes que la que debe siempre estar desnuda, esa lengua, tenga vellos que le impiden ser ella. No dejes dormida y quieta la que es arma para lanzarse como verbal dardo a acabar con injusticias o como ariete para derribar muros de discriminación.
No tengamos pelos en la lengua, la mujer que está lamentablemente encerrada en la prisión que construye el machista necesita de que uses la llave maestra, la lengua, para abrir los candados que nunca debieran haberse colocado.
La mujer maltratada nos necesita; por eso se hace necesario que ante el mínimo indicio de discriminación utilices tu lengua, dale voz a quien no puede nunca hacer enmudecer el machismo, la mujer que no recibe el trato como tal. Si no lo hacemos seremos cómplices del que abusa. La lengua es la palanca que hará romper los barrotes aparentemente invisibles pero férreos y duros, los alambres de la cerca terrible que llena de púas el violento para quitar la libertad de vivir en dignidad a una mujer.
Si en tu lengua han crecido pelos por el miedo, arráncalos con tu enérgica e inflexible palabra. Ten dignidad luchando para que las demás recobren la suya. Solamente abriendo la boca y catapultando lo que el corazón humano dicta se conseguirá, con las verbas transformadas en bolaños de libertad, poder derribar cercas y muros para que salga esa mujer que traga sus lágrimas y sufre vejación. Salvémosla antes de que de su garganta salga el canto del cisne. Evitemos eso, pues la escalera de la violencia hay que destruirla en los primeros peldaños, el último, el trágico ya es el final.
Ayudemos a prevenir y a la mínima no tengamos pelos en la lengua para defender a quien tanto lo merece: LA MUJER.
Si Dios nos concedió el don de la palabra es para que sea el remo que, saliendo del tolete de nuestro ser, surque mares para ser salvavidas de quien se ahoga en los fondos de la dura discriminación.
Que nuestra mano siempre esté tendida a la solidaria ayuda; no olvidemos que tod@s nacimos de una mujer.
Existen muchísimas razones, lista interminable, para que el día 25N sea adalid y portavoz de esas mujeres que aún temen hablar. Que se quiten la mordaza del miedo y griten a todo pulmón. Si hemos estudiado, si nos esforzamos en prepararnos es para ayudar a la sociedad y ,esa sociedad está aquí gracias a la mujer
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