Galván abría plaza ante un toro castaño de Monte de la Ermita, que no parecía ofrecer demasiadas opciones de triunfo en los primeros compases. Sin embargo, el temple y la firmeza del torero pronto impusieron su ley. Inició faena por alto, muy asentado, con dos pases de pecho a la hombrera contraria que llevaron su inconfundible sello. En la segunda tanda ya hizo sonar la música que acompañó una labor inspirada y cadenciosa, con pasajes de gran profundidad por el pitón izquierdo. Naturales templados y de gran expresión conectaron con los tendidos. Remató la faena por bernadinas ajustadísimas y una buena estocada. La rotunda petición del público fue atendida, y Galván cortó las dos orejas al primero de la tarde.
El segundo toro de su lote, en cambio, fue un enemigo mucho más áspero e incierto. Galván se impuso con firmeza, con una actuación medida y de gran mérito, aguantando parones, miradas y pitonazos. Una gran estocada puso el broche a la faena, siendo ovacionado con fuerza por el público, que reconoció así su actuación y su tarde.
Nuevo triunfo para un importante David Galván que comienza su mes de Julio con una Puerta Grande.
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