El instituto Menéndez Tolosa, en La Línea, no debe seguir llevando el nombre de uno de los militares fascistas que asolaron España

El Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar exige a la Junta de Andalucía que, de una vez por todas, cumpla con la Ley de Memoria Histórica y cambie el nombre del instituto de Enseñanza Secundaria Menéndez Tolosa de La Línea.

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Redacción | La Línea

Va a comenzar un nuevo curso escolar y el instituto sigue llevando el nombre de un militar franquista que se sublevó contra el Gobierno democrático de la Segunda República causando una ola de represión y muerte en las provincias del Norte de España. El foro lleva dos años pidiendo a la Consejería de Educación que cambie el nombre al instituto y, fruto de nuestra persistencia, el pleno del Ayuntamiento de La Línea aprobó por unanimidad una moción en ese sentido el pasado 5 de mayo. En el penúltimo de los puntos de la citada moción el pleno decía: “En aplicación del artículo 15 de la citada Ley 52/2007, instar a la Consejería de Educación e la Junta de Andalucía a la sustitución de la denominación del instituto de Educación Secundaria Menéndez Tolosa, por otro nombre que no ofenda a las víctimas del franquismo ni a sus familiares, como podría ser el que se le conoce popularmente: Instituto Viejo”.

Es hora de que se cumpla la ley. Por imperativo legal y por sanidad mental para las nuevas generaciones de estudiantes. No es posible que en España aún haya un instituto con el nombre de un general fascista que luego llegó a ministro de Franco. ¿Alguien ve concebible que en Alemania existiera un instituto con el nombre de Goebbels o Himmler? ¿Qué les dicen los profesores a los alumnos de La Línea que fue Menéndez Tolosa, un héroe de las cruzadas?

Menéndez Tolosa comandaba la IV División de Navarra del ejército sedicioso que participó en numerosas batallas en el Norte y el Este de España donde aplicó la política de exterminio de quienes se habían mantenido fieles al Gobierno democráticamente elegido por los españoles. Finalizada la guerra, Menéndez Tolosa ascendió en su carrera política y militar y se convirtió en uno de los jerarcas del franquismo: fue gobernador militar del Campo de Gibraltar entre 1957 y 1959, y luego capitán general de las regiones militares de La Coruña y Burgos. Llegó a ser jefe de la Casa Militar de Franco y ministro del Ejército de 1964 a 1969.

El foro ha registrado ya un buen número de cartas ante la Junta de Andalucía, la dirección del instituto y el Ayuntamiento. “Solo nuestras gestiones ante el Ayuntamiento han dado resultado positivo, como queda dicho más arriba. Al director del colegio le hemos dicho unas cuantas veces que si quiere vamos a hablar con los padres, los profesores, el consejo escolar o con quien haga falta para que se produzca el cambio de nombre, pero no nos ha contestado nunca. Y a la Junta también le hemos repetido el argumento para desmontar su pasividad. No es de recibo que digan que es una decisión que compete al consejo escolar. La Junta de Andalucía es la garante de la legalidad en lo que a educación se refiere y si un instituto incumple la ley se le llama al orden y se le obliga a cumplirla. Ya está bien de excusas”.

La sublevación y el golpe de Estado contra la Segunda República República sólo trajo dolor y muerte a La Línea y eso es “necesario que lo sepan los jóvenes de hoy en día. Más de 300 personas fueron asesinadas entre 1936 y 1939 en La Línea, una ciudad que entonces tenía 35.000 habitantes. En La Línea, como en la mayor parte de Andalucía, no hubo guerra civil. Sólo hubo una matanza perpetrada por militares contra civiles indefensos. Lo que hubo fue realmente un genocidio. Lo pusieron en práctica una banda de militares traidores al Gobierno elegido democráticamente por los españoles y tenía un objetivo muy claro: Eliminar, borra del mapa, e incluso del recuerdo, a las personas que de una forma u otra habían simpatizado con el proyecto de reforma agraria, laicidad, educación popular y libertad para todos que representaba la Segunda República. Los militares traidores y sus compinches falangistas eran los ejecutores pero sus inspiradores eran la oligarquía terrateniente e industrial, la aristocracia y la alta jerarquía católica. Una minoría prácticamente inexistente en La Línea, donde en las elecciones de febrero de 1936, las que dieron el triunfo al Frente Popular, el 90 por ciento de los linenses votó por esta opción de progreso y transformación”.

El 19 de julio de 1936 varios centenares de personas se congregaron junto al cuartel de Ballesteros, donde estaba el mando de la guarnición militar de La Línea. El pueblo expresaba así su solidaridad con los militares leales que habían derrotado a un grupo de conspiradores que intentó sumarse al golpe de Estado que el día antes habían dado en África y Canarias el general Franco y sus secuaces. Los concentrados seguían allí cuando llegó un grupo de tropas traidoras desde Algeciras que inmediatamente empezó a disparar contra la multitud indefensa. Murió casi un centenar de personas y otro tanto resultó herido. “Ellos fueron solo los primeros porque el resto del verano los fascistas fusilaban sin juicio previo todos los días. Obligaban a las víctimas a cavar sus tumbas en el cementerio y luego las fusilaban. A otras personas las llevaban a San Roque, donde eran asesinadas también en las tapias del cementerio. El Foro ha conseguido elaborar un listado de 112 personas que fueron asesinadas aquí y de linenses fusilados en otros puntos de Cádiz y Andalucía. Otros investigadores han conseguido reunir hasta 148 nombres de víctimas mortales. La mayoría de los investigadores aseguran que los fusilamientos durante la época del terror caliente, en la que no se hacían juicios ni se registraban por escrito las órdenes de matar, fueron tantos que para saber la cifra exacta de los muertos hay que multiplicar por tres la conseguida por registros documentales. Por eso decimos que en La Línea los fascistas asesinaron a sangre fría a más de 300 personas”.

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