En los ambientes de fútbol cuando a un entrenador (sobre todo), le salen las cosas bien y ganan, aunque jueguen fatal se les dice que “tienen una flor en el culo”. Así se lo han dicho a Zidane, a Simeone en sus mejores tiempos y a otros.
Pero es que a nivel político también hay quien tiene esa “Flor”. Y estoy hablando del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que a pesar de cómo construyó ese Gobierno y a pesar de los problemas que muchas veces le causa el ser un Gobierno de coalición, resulta que la oposición no actúa como tal porque se está rompiendo ella sola.
Es el caso del Partido Popular cuyo presidente, Pablo Casado, se ha lanzado a un ataque suicida contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso enviándole hasta espías o detectives y, como ella ha dicho, intentando destruirla. No sé lo que tendrá todo de verdad o de mentira, pero lo que sí está claro es que esto ha sido un tema personal de Pablo Casado porque Díaz Ayuso quiere adelantar las elecciones a la Presidencia del PP de Madrid y ser ella la presidenta.
Este tema lleva ya un tiempo latente y siempre se ha tratado de disimular a nivel público, pero, ahora, ha reventado.
Y aquí no hay otra cosa que o cae Díaz Ayuso o cae Pablo Casado, pero esto no ha hecho más que empezar y lo que está claro es que el máximo exponente que tiene a día de hoy el Partido Popular es, sin lugar a dudas, Isabel Díaz Ayuso mientras la cúpula nacional del Partido lleva ya mucho tiempo dedicada en exclusiva a tratar de dejar a un lado a la presidenta de Madrid en vez de dedicarse a hacer una buena oposición a Sánchez tratándose de un partido de Estado.
Es lamentable que con la cantidad de problemas que tiene España, con una pandemia que nos sigue dejando una media de cuatrocientos muertos diarios y problemas económicos de todo tipo, se dediquen a destrozarse entre ellos e intentar cargarse a su mejor valor, que podrá gustarnos más o menos pero que, indudablemente, es el mayor valor del PP junto con Alberto Núñez Feijoó, presidente de Galicia.
Mientras tanto, Pedro Sánchez, toca las palmas viendo como se destruye el primer partido de la oposición (Ahí está la flor). El Partido Popular seguirá una guerra fratricida (que son las peores) hasta que quede uno de los dos y el partido totalmente dividido.
Y el otro de la flor y de las palmas es Abascal que se va a llevar buena parte de los votos que pierda el PP.
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