Agua, por M. Ríos


>
 

Cerca de dos terceras partes del organismo se componen de agua. Sin una cantidad suficiente de este preciado líquido, las funciones vitales del organismo se paralizan rápidamente y ocasionan la muerte en cuestión de unos pocos días.

Si bien el organismo suele vivir grandes periodos sin alimentos, no ocurre lo mismo con el agua. Se calcula que una persona normal que tome una alimentación normal procesará unos tres litros de agua al día, de los que dos tercios provienen del consumo directo , ya sea en forma de agua, té, café, refrescos, zumos o bebidas alcohólicas. La tercera parte restante procede de la verdura, las hortalizas y las frutas, así como otras fuentes no tan evidentes , como es el caso de los productos lácteos, el pan, los cereales, y, en menor medida, , la legumbre, la carne, y el pescado. Asimismo, el organismo elabora a su vez agua al quemar la glucosa para producir energía.

Las necesidades de agua varían con el clima y el tipo de vida que se lleve. Por regla general, el organismo pierde 1,5 litros a través de la transpiración , la digestión de los alimentos y el sistema urinario. Aunque, lógicamente se suda más con el calor o al practicar algún ejercicio, una persona puede deshidratarse también a causa de una enfermedad o a varios grdos bajo cero.

Aunque el agua corriente que sale de los grifos suele ser perfectamente potable, la tendencia es a comprar cada vez más agua embotellada, ya sea natural o con gas.

Las autoridades sanitarias se encargan de velar por la calidad del agua, llevando un estricto control sobre la cantidad de microorganismos presentes en ella, asi como de las sustancias químicas, pesticidas y fertilizantes que pueda contener. Las autoridades determinan la cantidad de sustancias que deben ser añadidas al agua canalizado, como el cloro para purificarla, el flúor para fortalecer los dientes y prevenir la caries, y el sulfato de aluminio para eliminar los residuos en suspensión.

La calidad del agua varía notablemente de una zona a otra así como en el tiempo. Se cree que el agua dura es más sana ya que posee menos sal que la blanda y, en cambio, mas calcio y magnesio. Si le desagrada el sabor o sospecha que está contaminada, póngase en contacto con las autoridades sanitarias.

Comprar o filtrar el agua

El agua “mineral” debe proceder de una fuente natural que esté libre de cualquier tipo de contaminación de manera que se pueda beber directamente de ella . No obstante, la calidad varía notablemente. Las personas con una dieta pobre en sal deben comprobar en la etiqueta que el agua no contenga más de 30 mg de sodio por litro; si posee más de 200mg, evítela.

Otra posibilidad consiste en filtrar el agua del grifo, aunque lo más probable es que las propiedades minerales se pierdan con las impurezas. El filtro de carbón, el más sencillo de todos, retiene el cloro y otras partículas, mientras que las versiones más sofisticadas filtran prácticamente todas las bacterias, además de los minerales y las sustancias químicas. Cambie el filtro con regularidad.

Síntomas de deshidratación

Los síntomas de deshidratación son orina de color oscuro, náuseas, mareos, dolor de cabeza, dificultad a la hora de fijar la atención, cansancio y desorientación. Las personas que tiendan a acumular calcio u otros minerales deben beber gran cantidad de agua so pena de formar cálculos renales, unos cristales no solubles en agua que se forman en los riñones y provocan dolor muy agudo.

Noticias de la Villa y su empresa editora Publimarkplus, S.L., no se hacen responsables de las opiniones realizadas por sus colaboradores, ni tiene porqué compartirlas necesariamente.

Noticias relacionadas

 
17 mayo 2024 | José Antonio Hernández Guerrero
La relación entre la Biología y la Ética
 
17 mayo 2024 | Patricio González García
El futuro es ayer
 
14 mayo 2024 | Álvaro Moya Tejerina
El “harakiri” de Los Barrios 100×100