No sé si alguna vez se han parado a pensar en lo efímera que es la palabra Amistad. Yo he tenido esa ocasión y ha sido motivo de mis reflexiones en unas cuantas ocasiones.
Todos tenemos “amigos” y amigos, de los de siempre o de los de nuevo cuño que llegan a tu vida y parecen que te lo quieren dar todo en un día y, también es cierto, que te lo quieren quitar todo al día siguiente. Esos no merecen la pena, pero, también es verdad, que hay amigos que llegan a tu vida y que parecen quedarse para siempre hasta que un buen día desaparecen… Los días pasan, los meses, los años y esa persona pues, simplemente, se queda atrás en el tiempo y en el olvido.
En esta fauna de la “amistad” también ocurre que hay de los que un día te quieren mucho -incluso a muerte contigo- para el día siguiente encontrarte qué te han bloqueado en redes sociales… Y todavía hay quien cree que bloqueando prácticamente “matas a la persona” … ¡Qué curioso es el ser humano!
Sometidos al olvido e indiferencia por tu parte, pasado el tiempo, esa persona entiende que esa amistad se quedó en el olvido y también decide -igual que tú- imponer algo por salud mental: “me bloqueaste, yo te bloqueo” y te bloqueo de todo no quiero saber nada más de ti ni saber más de tu vida. Es la fauna de internet…
Es más curioso aún cómo se pueden mostrar ofendidos/as sin entender que hay personas que aplican aquello de “según me tratan yo te trato” y de esa forma pues nos encontramos que en pleno siglo XXI se vive una época en la que la amistad es efímera sabiendo que hay quien parece que prefiere las amistades por internet -tipo Facebook- a las amistades reales o, simplemente, hay quien te da su amistad como si fueras un juguete y mañana pues ya veremos. Cuidado, estos “tasan” la amistad por los “me gusta” …
También hay amistades interesadas, esas son las peores, las que conviene quitarse pronto de encima, son mochileras. Amistades interesadas de aquellas que han buscado o buscan algo en ti y que cuando lo consiguen “si te he visto no me acuerdo”.
Son identificables, son amistades interesadas que pretenden ser tu sombra y un buen día también, sin saber por qué, te encuentras que ya no tienes sombra. ¿Saben? Mejor porque es una forma de quitarte a un falso amigo/a de encima y también es una forma de quitarte una preocupación más de encima pues, al fin y al cabo, estos no dejan de dar problemas e, incluso, crearte ese cargo de conciencia al preguntarte, en muchas ocasiones, aquello de haber hecho algo mal o no.
También es verdad que el mismo interés que mostraron por mí es el que yo demuestro y vivo más tranquilo, vivo más en calma y, tal vez, quien tenga el cargo de conciencia no sea yo sino aquellos que no sintieron la verdadera amistad.
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