El festival de Tarifa ofrece cine para todos los gustos y de todos los géneros

El público se troncha de risa con Mascarades, las aventuras de un fanfarrón y su hermana que se duerme en todas partes


>

Texto: Marion Girard/ Fotos: Hervé Bonnaud.

África no es Hollywood, pero no por ello hay que cerrarle la puerta. Insistimos, el cine africano no es aburrido. Al contrario, provoca risas, lágrimas, sorpresas, y lo más importante, habla de un continente del que se sabe poco o nada. Aunque no haya efectos especiales y aunque a veces la falta de recursos técnicos se note bastante, las historias que los africanos nos cuentan de su continente a través de la gran pantalla merecen toda la atención del público.

Y si no, sólo hay que preguntarle a los centenares de espectadores que han pasado por las salas del Festival de Cine Africano de Tarifa en estos días. Alicia, estudiante de publicidad en Málaga, dice que se alegra de haber recorrido los kilómetros que separan su ciudad de Tarifa. Ha podido desternillarse de la risa con la película argelina Mascarades, que narra la historia de Mounir, un hombre fanfarrón y orgulloso cuya hermana se duerme en cualquier sitio y a cualquier hora.

La oferta cinematográfica incluye películas de gran calidad técnica, la gran mayoría realizadas en 2008 y muchas, premiadas en grandes festivales. Hoy miércoles se proyecta el largometraje Coeur de Lion (Corazón de león), realizado por el burkinabés Boubacar Diallo, que narra la historia de una aldea en la que empieza a desaparecer la gente misteriosamente. El miedo se apodera de sus habitantes, todo el mundo sabe que el león acecha en la maleza. Un día Samba, un pastor de la aldea, decide poner fin a la tragedia, cazando el león tras un peligroso combate con la fiera. Cuál fue su sorpresa cuando Samba se da cuenta de que la gente sigue desapareciendo. Esta película habla de forma harto sutil del colonialismo y de la captura de esclavos en el Alto Volta (actual Burkina Faso) del siglo XIX.

Sería un delito no mencionar la proyección esta tarde del cortometraje mozambiqueño O Meu Marido está a Negar (Mi marido no quiere), de Rogerio Manjate. Este corto aborda la problemática del SIDA sin incurrir en los clichés y los estereotipos que rodean África. El corto no sólo habla de la enfermedad y sus consecuencias psicológicas y sociales. Sugiere también soluciones, de manera desenfadada, sincera y casi humorística.

Otra película que se proyecta esta tarde y cuya directora fue galardonada en el festival en 2007 por su cortometraje La pelote de laine (El ovillo de lana). Fatma Zohra vuelve a la ciudad gaditana con una nueva obra en competición. Esta vez se trata de un largometraje, Z’har. Una fotógrafa llamada Alia viaja desde Túnez a Argelia para visitar a su padre moribundo. Cherif es escritor y acaba de enterarse por el periódico de que ha muerto. Les lleva un taxista. Una década después, Fatma Zohra le pide a su hermano que le acompañe para localizar los exteriores de la película. Está empeñada en rodarla porque trata de la violencia que sacudió su país durante la década de los 90. ¿Cómo construir una ficción cuando todo está en contra?

Noticias relacionadas