Hepatitis (1ª parte), por M. Ríos


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Inflamación del hígado que puede ser debida a causas infecciosas ( microbios o virus) o tóxicas ( fósforo, arsenobenzoles, cloroformo, tetracloruro de carbono, etc.) Puede ser aguda o crónica . Señalaremos algunas de las formas más frecuentes e importantes:

Hepatitis aguda simple ( o ictericia catarral)

Es una enfermedad frecuente, sobre todo en la edad juvenil, de carácter benigno y de origen aún no establecido; parece ser debida a toxinas alimenticias o intestinales.

Después de algunos días de trastornos prodrómicos ( febrícula, malestar general, cansancio, , vértigos, dolores musculares difusos, inapetencia, náuseas, trastornos dispépticos, etc.) aparece e cuadro clínico de la enfermedad : ictericia ( visible a la esclerótica, luego sobre toda la piel) prurito, hígado algo engrosado y doloroso, orina escasa y oscura lengua pastosa, cefalea,. La ictericia dura entre 3-5 semanas , después la enfermedad se resuelve espontáneamente con la completa recuperación de la salud.

El tratamiento se basa en el régimen alimenticio adecuado, dirigido a proteger y a aligerar el trabajo del hígado : poquísimas grasas, pocas proteínas y muchos carbohidratos. Puede ser útil, en el inicio de la enfermedad, un purgante oleoso o salino, para limpiar el intestino de eventuales sustancias tóxicas de origen alimenticio. Son también beneficiosos los colagogos y los coleréticos, sales biliares, tintura de boldo, de ruibarbo, de alcachofa y aguas minerales alcalinas.

Hepatitis epidémica ( o hepatitis vírica)

Es una enfermedad benigna pero de curso prolongado; de carácter contagioso debida a un virus. El contagio puede producirse por contacto directo ( gotas de saliva) por vía digestiva ( agua o alimentos infectados por heces u orina) o por vía parenteral ( tranfusiones sanguíneas) .

El periodo de incubación puede variar de 2-4 semanas o 2-3 meses.

La fase de trastornos prodrómicos( malestar general, astenia, cefalea, inapetencia, náuseas, trastornos dispépticos, dolores gastrointestinales) dura dos o tres dias; después , con una elevación febril de 4-5 días , aparece la ictericia, acompañada de un ligero engrosamiento del hígado y del bazo, prurito, orina oscura y heces claras. El periodo ictérico tiene una duración total de 4-5 semanas y va seguido por una larga convalecencia, caracterizada por inapetencia, trastornos dispépticos y trastornos de insuficiencia hepática. Sin embargo, la curación es casi siempre completa y, por tanto, el pronóstico favorable.

El tratamiento se basa , como para la ictericia catarral, en el reposo y el régimen alimenticio adecuado y, además, corticoides, vitamina B , protectores hepáticos ( metionina, etc,) , el tratamiento específico con antibióticos antivíricos de resultados inciertos e inconstantes. La difusión de la epidemia puede ser bloqueada por una oportuna administración de gamma globulina a los individuos que se hallan mayormente expuestos al contagio.

Hepatitis alérgica

Puede ser debida a distintos factores sensibilizantes , alimentos ( huevos, fresas, crustáceos, ciertas carnes, ciertos pescados, etc.) medicamentosos ( quinina, aspirina, fenacetina, piramizón, etc.) físicos ( frío, irradiaciones luminosas, etc) psíquicos ( fuertes emociones) . Tiene un curso breve , rápida evolución y final benigno. La sintomatología se caracteriza por la ictericia, engrosamiento del hígao y trastornos dispépticos. El tratamiento consiste , además de las medida dietéticas habituales, en el tratamiento antialérgico ( desensibilizacion específica o inespecífica , antihistamínicos, etc.)

Hepatitis infecciosas secundarias

Representan una complicación en una enfermedad infecciosa aguda ( tifus, escarlatina, paratifus, fiebre melitense o brucelosi, septicemias, etc) Tienen curso distinto que se desarrolla en relacion con la evolución de la enfermedad fundamental.

El tratamiento se identifica con el específico contra el germen causal de la enfermedad original.

Hepatitis tóxicas

Pueden ser debidas a un envenenamiento por fósforo, arsenobenzoles, cloroformo, tetracloruro de carbono, etc. Las formas graves pueden desembocar en la atrofia amarilla aguda. El tratamiento es el del envenenamiento causante de la enfermedad.

Hepatitis purulenta ( o absceso hepático)

Es la formación de una colección de pus en el interior del hígado. Puede ser debida a la localización hepática de la amebiasis ( absceso hepático amebiano) o bien a los gérmenes piógenos comunes ( estreptococos, estafilococos, etc) que han llegado al hígado por vía sanguínea desde un foco purulento del organismo ( colecistitis o apendicitis supurada, erisipela, etc). El absceso hepático se manifiesta con dolores mas o menos vivos y continuos en la región del hipocondrio derecho .Fiebre acompañada por escalofríos y sudoración, ictericia más o menos intensa. El tratamiento consiste en la evacuación del pus del saco del absceso, previa abertura de la cavidad abdominal.

Hepatitis gravídica

Es una de las toxinas gravídicas o gestosis, es decir, de las toxicosis que pueden manifestarse durante el embarazo, por obra de los tóxicos inherentes al propio estado. Se manifiesta con ictericia, hepatomegalia y trastornos dispépticos. Puede presentar distintos grados de gravedad y, en algunos casos, puede obligar a la interrupción del embarazo provocando un parto prematuro, si el feto es viable.

Atrofia amarilla aguda

Es la más grave de las enfermedades que pueden atacar el hígado, casi siempre rápida e inexorablemente mortal puede ser la consecuencia de una hepatitis tóxica , de una hepatitis gravídicao de una hepatitis secundaria a graves enfermedades infecciosas agudas.

Hepatitis crónicas

Las inflamaciones crónicas del hígado tienen su prototipo en la cirrosis hepática.

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