NOVENA PROVINCIA

La pandemia nos ha cambiado


>
 

Decíamos y creíamos que al final de la pandemia seríamos mejores, más solidarios. Recuerdo aquellas tardes de aplausos a las ocho, recuerdo a aquellos vecinos a los que el propio Papa Francisco llamaba “los santos de la puerta de al lado”, pero, desgraciadamente, esos ya no están. Con cien mil muertos encima, no aprendemos.

Va pasando el tiempo, seguimos con la pandemia y nos encontramos inmersos en la quinta ola de este maldito Coronavirus que no se está llevando tantas vidas ahora porque, afortunadamente, tenemos las vacunas, pero, desde luego, nosotros, nuestras vidas, han cambiado, pero no lo han hecho para mejor, sino que se han vuelto más farragosas, más confusas. Mucho tiempo de confinamiento, mucho tiempo de hacer poco y pensar mucho, quizás demasiado, ha hecho que haya cambiado nuestra forma de ser.

Por un lado, cuando se ha acabado el Estado de Alarma, ha sido como una eclosión en la que casi todos han salido en masa, en la que se le ha empezado a perder el respeto a la pandemia y a los demás en todos los sentidos. El remate ha sido cuando han autorizado a quitarnos las mascarillas en los espacios exteriores…. Y aquí se ha acabado todo, aquí no pasa nada. Hemos perdido las distancias físicas de un metro y medio o dos, se ven fiestas de todo tipo (aunque en este caso siempre le echemos las culpas a los demás, a los otros) y un sin fin de juergas como si el mundo se acabara esta misma noche.

No, no hemos aprendido nada, pero es que encima, en nuestro interior también hemos perdido bastante de lo mucho o poco bueno que nuestro corazón aportaba a la vida. Y eso es también una de las cosas que más añoramos: Nuestras charlas, nuestras lecturas, nuestras familias, nuestros amigos. Algo hemos perdido dentro de nosotros con respecto a ello. Estamos en una situación en la que marcamos de forma muy clara nuestro propio territorio por encima de quien sea.

Yo he estado escribiendo a diario mis artículos desde el primer día de pandemia. He publicado un libro sobre ello, pero ya noto que me faltan las ganas o las fuerzas para seguir a diario escribiendo sobre este maldito coronavirus que tanto nos ha cambiado porque la “nueva normalidad” no tiene nada que ver con esa normalidad que teníamos ya que los primeros en cambiar hemos sido nosotros. Y, desde luego, no somos como antes.

Ojalá, al final de todo esto, me equivoque.

Noticias de la Villa y su empresa editora Publimarkplus, S.L., no se hacen responsables de las opiniones realizadas por sus colaboradores, ni tiene porqué compartirlas necesariamente.

Noticias relacionadas

 
02 mayo 2024 | Rafael Fenoy Rico
Mas que techos, se derrumban en la Piñera
 
02 mayo 2024 | José Antonio Hernández Guerrero
Una amable invitación a la aventura, al diálogo y a la conversación
 
29 abril 2024 | Eduardo Briones
Casas cuevas