Tras la reciente publicación digital de la revista Carteya y de los cuadernos Benarax en la web del Instituto de Estudios Campogibraltareños (IECG), donde se pueden consultar y descargar libremente en PDF, me parece oportuno dar a conocer alguna noticia sobre misma, quizá poco conocida por algunos de mis lectores.
La revista Carteya tuvo una existencia muy corta, pues apenas se publicaron 24 números entre 1976 y 1978. Pero su difusión cultural fue fecunda para formar una mejor conciencia histórica campogibraltareña y además luego sirvió de estímulo para la revista Almoraima, iniciada por la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar (nº 0,1988) y dirigida más tarde hasta la actualidad desde el IECG fundado unos años después (1991).
La revista Carteya apareció poco meses después de la muerte de Franco (1975), cuando la sociedad española, igual que la campogibraltareña emprendían un recorrido ilusionado de moderado cambio ideológico y de reforma política (1977), evitando una ruptura radical con el régimen autoritario y dictatorial anterior, que entonces resultó una oposición minoritaria, y en medio de una fuerte y dolorosa crisis económica, que influyó en el pronto final de la revista por falta de apoyo económico y cuando aún no se había aprobado la Constitución de 1978.
Dicha revista se puede considerar como una breve crónica social e historiográfica de ese tiempo en las siete poblaciones que entonces componían el Campo de Gibraltar, sin faltar las continuas referencias a Gibraltar y también a Ceuta que por su cercanía y afinidad pronto se incorporó al ámbito territorial al que se dirigía la revista Carteya.
Mi compañero en el IECG, José Antonio Pleguezuelos Sánchez ha publicado una buena síntesis introductoria sobre tal revista en su artículo titulado “Carteya, una revista en el posfranquismo del Campo de Gibraltar (enero, 1976-enero, 1978)”, que se puede consultar en internet (Almoraima, nº 60, 2024, pp. 79-88). De ahí tomo alguna nota informativa.
Al parecer la idea surgiría de dos militares destinados en el Campo de Gibraltar, José Uxó Palasí y Mariano Aguilar Olivencia, que la retomaron luego en Madrid, junto a otro militar, Manuel González Scott-Glendonwyn, hijo de un inglés destinado en Gibraltar y de una mujer sanroqueña. Este último, como presidente de la Casa del Campo de Gibraltar fundada en Madrid (1972), como lugar de encuentro de los comarcanos allí residentes, pronto sería un gran dinamizador de la nueva revista, que adoptó el título de la antigua ciudad púnico-romana de Carteya, que apenas persistía en sus ruinas, pero seguía siendo un nombre muy significativo y aglutinador para la toma de conciencia comarcal.
Mientras Mariano Aguilar, sería el director y redactor jefe de la revista, contando con un nutrido grupo de escritores y colaboradores, no solo militares, sino también civiles, contando con significativos redactores del propio Campo de Gibraltar. Entre ellos debo mencionar, por el afecto personal que mutuamente nos tuvimos, a José Riquelme Sánchez, que ejerció de delegado en la comarca de la revista y fue quien en su día me ofreció generosamente la última colección completa que le quedaba de Carteya, que hace tiempo escaneé por completo en PDF y ahora ofrezco al IECG para su publicación en la Biblioteca Digital Ampliada.
También fue redactor de la misma el entrañable y también fenecido Juan Ignacio de Vicente Lara, tan fecundo en sus artículos y a quien tanto debemos algunos de los actuales investigadores e historiadores del Campo de Gibraltar.
Pero todavía debo mencionar a un amigo barreño, Prudencio Conde Roncero, alumno mío por breve tiempo en mis primeros años docentes en el pueblo antes de trasladarme a Málaga, quien se convirtió en portavoz de Los Barrios. A ellos todavía añadiría a un desconocido para mí Ricardo Viñas, que entre sus artículos de temas económicos e industriales, dedicó uno a la factoría barreña de Acerinox.
A Pepe Riquelme se debe una amplia entrevista al entonces alcalde barreño Emilio Chamizo Vilches y la mención de Víctor Toscano Sánchez alumno distinguido en la Escuela de Formación Profesional de La Línea y vecino barreño. Además, sin autoría expresa también se publicaron en la revista Carteya diversas exposiciones de pintor y excelente acuarelista José Barroso Gil, nacido en Los Barrios. Igual que de Francisco Vallecillo Pecino, barreño residente en Ceuta, experto flamencólogo, que firmaba sus artículos en la revista Carteya con el seudónimo de Francisco de la Brecha.
Por supuesto, no debo olvidar los recitales de poesía, de nuestro ilustre paisano y rapsoda Isidro Gómez García, que por su larga ausencia de Los Barrios y mi pronta residencia en Málaga conocí años más tarde como colaborador de Benarax que nos tratamos con gran afecto en sus últimos años en el pueblo, a donde regresó para bien morir, como me solía decir.
Respecto a los trabajos o crónicas culturales de Prudencio Conde, cito entre ellos algún artículo sobre la deficiente escolarización local, la primera Asociación de Vecinos barreña, la ya casi anacrónica Hermandad de Labradores y Ganaderos o el moderno Casino, escribiendo además un artículo sobre los motivos turísticos de Los Barrios, con las cuevas de Bacinete, la playa de Palmones y la Iglesia Parroquial descrita con cierta amplitud… Por todo ello y por lo omitido, la revista Carteya, merece ser leída de nuevo en Los Barrios y Campo de Gibraltar.
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