José Antonio Ortega | Periodista y escritor
No sin atrevimiento, me voy a permitir hoy en este espacio plantear mis cábalas sobre lo que puede suceder en las próximas elecciones en Los Barrios, el municipio campogibraltareño del que soy natural y vecino. Pero no lo voy a hacer a la virulé como se podría pensar alguno. Lo voy a hacer partiendo de los datos valiosos que nos proporcionan los números de los comicios autonómicos del pasado 22 de marzo, así como los correspondientes a las elecciones locales de 2011. Y echando mano también de algún que otro razonamiento más o menos fundado –un análisis digamos que pseudosociológico, aunque, eso sí, análisis a fin de cuentas– y cierta dosis de intuición, facultad que siempre ha sido tenida en muy alta estima, si no por todos, sí por algunos de los más destacados teóricos de la epistemología.
De lo que nos depararon las elecciones al parlamento andaluz en lo que a Los Barrios se refiere se puede extraer una primera conclusión para llegar adonde pretendo, que no es sino poner de manifiesto, de forma argumentada, que en este municipio habrá nuevo alcalde después del 24 de mayo.
De los diez mil ciento cincuenta y ocho ciudadanos que en esta población ejercieron su derecho al voto, casi seis mil –los que dieron su respaldo a PSOE, Podemos, IU, UPYD y, tal vez, muchos de los que se lo dieron a C’s– enviaron un aviso a navegantes. En opinión de quien les escribe, dejaron bastante claro que en las elecciones del mes que viene –salvo alguna que otra excepción– no votarán ni al Partido Andalucista ni al Partido Popular. O, mejor dicho, y para ser más exactos, es altamente probable que no lo hagan. Sobre todo, si se considera, además, que las fuerzas políticas mencionadas concentran el voto protesta de los barreños que parecen estar en contra de la gestión de populares y andalucistas al frente del Ayuntamiento.
Es verdad que los resultados de unas elecciones de carácter autonómico no son extrapolables a unas elecciones municipales, pero convendrán conmigo que lo que ocurrió el pasado 22 de marzo en Los Barrios constituye un indicador útil para anticipar qué es lo que puede ocurrir en este municipio en breve. En la cita del próximo mes la gente, como es lógico, votará en clave local y esto hace presumir que los andalucistas, en efecto, obtendrán muchos más apoyos que los que obtuvieron hace escasos días. Pero no ha de olvidarse que, a menos que haya una movilización excepcional de votantes, los sufragios que se emitirán el 24 de mayo son, como diría el castizo, habas contadas y resulta harto improbable que de las casi cuatro mil habas cosechadas por el PSOE en marzo haya trasvase de algunas al PA o al PP.
De manera que el quid de la cuestión respecto al más que previsible vuelco electoral va a estar en esas personas –algo más de mil– que no fueron a votar para escoger a sus representantes en el parlamento andaluz y que, sin embargo, sí que irán a votar dentro de unas semanas –en las municipales siempre se registra un mayor índice de participación que en las elecciones de otra índole– para elegir a los miembros de la nueva Corporación barreña. Y estará igualmente en el trasvase de votos que se produzca desde Podemos al resto de fuerzas políticas en liza. Si es que dicho trasvase se produce. Cosa que está por ver, teniendo en cuenta que esta formación, que ha irrumpido con notable empuje, también se presenta y con muchas posibilidades, por cierto, de lograr éxito.
Ahora bien, como soy de los que piensan que las campañas en realidad tienen una muy limitada y escasa incidencia en la decisión de los ciudadanos a la hora de optar por un partido u otro, de lo que no me cabe la menor duda es de que, en cuanto al resultado que finalmente hayan de arrojar el 24-M por aquí las urnas, la suerte ya está echada.
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