Patricio González | Escritor y Analista
Ahora la Junta de Andalucía quiere quitar de forma definitiva la captación de aguas de la Garganta del Capitán al Ayuntamiento de Algeciras con quien mantiene una concesión de más de sesenta años y que habría caducado hace muchísimos años pero que nunca lo ha hecho porque la verdad, es un tema que perjudicaría a los ciudadanos de Algeciras.
Yo no cuestiono nada del caudal ecológico, yo lo que cuestiono son los tiempos en los que se quiere acometer este rescate que nunca les ha importado. Y es que estamos muy cerca de las nuevas elecciones municipales y es una forma de fastidiar al equipo de gobierno que no es del mismo color político que el de la Junta de Andalucía, pero, claro, sin tener en cuenta de que en realidad a quien se fastidia de verdad no es al Ayuntamiento de Algeciras sino a los ciudadanos algecireños.
¿Por qué no se ha cuestionado esto antes, si de verdad se está teniendo en cuenta ese caudal ecológico?, ¿por qué en sesenta años nadie ha dicho nada con respecto a esto?, ¿Por qué en los periodos que ha gobernado el PSOE en Algeciras la Junta no ha dicho esta boca es mía?. La respuesta es obvia, es la que les he comentado antes de que se quiere fastidiar al equipo de gobierno de Algeciras pero a quienes fastidian de verdad es a los ciudadanos.
Otros se preguntarán, ¿Por qué no lo hicieron en mis doce años de gobierno municipal?. Pues efectivamente no lo hicieron pero sí hicieron algo parecido con un tema muy querido por los algecireños. Estoy hablando del agua de Chorrosquina que cuando intentamos hacer una pequeña embotelladora de esa agua magnífica para fines sociales y tras haber hecho nosotros mismos las pruebas de la calidad del agua, la Junta no tuvo otra idea mejor que declarar esa agua “No apta para el consumo”, poniendo allí mismo en la fuente un gran cartel anunciando esto. Tema que no logró, en ningún caso, parar las ansias de los algecireños que siguieron cogiendo agua de allí como venían haciendo desde toda la vida.
Al cabo del tiempo, quitaron el cartel porque su interés no era el agua ni su calidad sino al igual que se ha hecho ahora, era el de fastidiar a otro equipo de gobierno que no era de su color.
Todo esto viene a colación de que si hay que negociar un caudal ecológico, se negocia pero lo que no se puede es fastidiar a los ciudadanos como vienen haciendo históricamente con tal de intentar sacar unos votos que, después, no van a conseguir porque se les ve continuamente el plumero y demuestran la talla de esta gente.
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