Eran tiempos en que la kora algecireña vivía pleno esplendor .Las únicas velas que cubrían la Bahía eran benimerines. Gobernaba Al-Yazira Al-Hadra un emir bondadoso y amante de la cultura. Como consejero tenía a un sufí sanguinario y pérfido. Descubriendo que controlaba su voluntad gritó:
-“Marcha de aquí , falso místico!!.”
Expulsado de la alcazaba ordenó a su guardia que nunca le dejaran pasar.
El sufí, mirando tristemente las murallas de Al-Yazira, exclamó:
-“Esa será tu mortaja”
Marchó a un ribat junto al Río de La Miel.
Algunos días bajaba hasta Al–Binya acompañado de un perro y, conduciendo un burrito cargado con cántaros de miel que vendía a un comerciante judío residente cerca de la puerta de Tarifa.
Un día dijo al prestamista:
-“Págame con cráneos.”
Asombrado quedó el hebreo respondiendo:
-“Trato hecho!”
Encomendó a un criado que fuera por los sitios donde morían empalados los cautivos para conseguir cráneos o, si allí no los conseguía, que profanara tumbas en el cementerio.
Por las noches el malvado sufí hacia emulsiones en las calaveras usándolas como copas. De las hueras cabezas inocentes salían abejas que engrosaban las colmenas del meriní y de las malvadas, lobos fieros que servían al terrible místico. De día parecían perros pacíficos; al anochecer sus horripilantes aullidos llenaban de miedo la zona. Asolaban devastando todo, hasta temblaba la cerca murada. Ni las cacerías eliminaban esa plaga.
Un día el judío fue al emir y dijo:
-“Señor, sé cómo acabar con ellos. Lléneme este arcón de monedas de oro”
Accedió el gobernante. Una noche de plenilunio el avaro invitó al sufí a cenar. El perro saboreó carne envenenada y su amo pócima letal.
Muertos ambos los arrojó a un desconocido e insondable pozo. Aquella madrugada los aullidos de muerte sembraron el pánico. Todos los lobos yertos quedaron siendo pasto de carroñeros. Las abejas, libres de su opresor, formaron colmenares.
De pavor murieron centinelas oyendo esos aullidos desgarradores. Aquel nemoroso amanecer hallaron en el adarve de la muralla el cuerpo decapitado del emir y una nota diciendo:
Muere, traidor. ¡Viva el terror!
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