Rafael Fenoy Rico | Secretario de Comunicación Educación CGT
Cualquiera que lea la prensa o vea algunos de los programas de televisión, patrocinados por entidades financieras, que se dedican a difundir la necesidad, la conveniencia, la oportunidad de suscribir planes de pensiones, observará que los destinatarios serán personas que tengan ingresos medio-altos y estables. En un titular se dice: “El plan de pensiones, una opción más de ahorro”. Y sigue el texto: “Completar los ingresos tras la jubilación es cada vez más necesario. Aproveche las alternativas que ofrece el mercado”. Los poderes reales han previsto que esto de las pensiones de jubilación públicas será a corto plazo una reliquia del pasado, que quedarán reservadas a rentas altas o muy altas. Por ello, al común de los lectores o espectadores, el mensaje les suena a pura ficción.
Si más de 5 millones de personas no cuentan con trabajo, y por tanto no cotizan; Si casi el 60% de la población joven, entre 16 y 30 años está en paro; si la edad de Jubilación se atrasa, y hay quienes sin ruborizarse, anuncian los 70 años para poder jubilarse; si además el número de años cotizados para tener derecho a la pensión de jubilación se orienta a los 40; si….. En fin, que las expectativas de poder obtener una pensión pública se antoja arto difícil. Y con ello los mensajes de los medios sobre la necesidad, la conveniencia o la oportunidad de hacerse un plan de pensiones privado, suena a pura “coña”.
¿Cómo podrá el casi 80% de la población destinar un dinero, que no tiene, a hacerse un plan de pensiones? Esa es una pregunta que cuenta con una sola respuesta: “nunca”. A partir de ahí podemos preguntarnos por el enorme interés que muestran, no sólo los medios de comunicación, sino incluso la CNMV y el Banco de España, para adoctrinar a toda la población sobre la “urgencia” de contratar planes de pensiones. Llegando incluso a organizar, con la inestimable colaboración de todos los gobiernos incluido el del PSOE e IU andaluz, un Plan de Educación Financiera, donde las infantiles mentes sean inducidas a aceptar que lo natural, lo lógico, es que cada uno se salve de la “quema” y se haga, en cuanto pueda, seguros de todo tipo: de jubilación, de salud, para estudiar en la universidad, de riesgos…
En lugar de poner en común el inmenso, grave y doloroso problema de los millones de personas, que tienen derecho a una vida digna. En vez de encontrar formulas colectivas que garanticen los derechos fundamentales, se dedican, concienzudamente, a convencer a la población de que como el barco se hunde mejor que cada uno se busque un flotador. Eso sí los botes salvavidas, ya están ocupados por los de primera clase, que como en el caso del titanic, se botaban con pocas personas a bordo para que no tuvieran incomodidades. Harían bien quienes publicitan esto de los planes de pensiones indicar al comienzo que estas lecturas: Absténganse de leer Pobres, personas desempleadas y jóvenes en paro.
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