Nos encontramos en plena pandemia y con una crisis social y económica terrible acechando y a punto de presentarse en su forma más brutal y descarnada y los políticos españoles siguen a lo suyo.
Lo único que les importa son sus propios escaños, sus cargos y las subvenciones que les llegan del Estado gracias al número de representantes que sumen en los diferentes parlamentos. Eso sí que es una auténtica anomalía democrática.
Además, tendremos que esperar para poder saber cómo acaba todo esto porque ya hemos visto cómo ha comenzado, pero no sabemos o no podemos medir el alcance que pueden tener estos movimientos que estamos viendo.
Desde luego, tengo una cosa clara y es que, si Casado no reacciona desde ya, será apartado en muy poco tiempo. Alguien de su propio partido como Ayuso puede empezar un movimiento que es necesario porque España necesita una derecha con altura de miras, sentido de Estado y llena de sensatez.
Por otro lado, es necesario decir también que el voto de los españoles tiene poco valor para aquellos que son elegidos por ese voto. Y en este caso, desgraciadamente, no se puede hacer distinción alguna porque si Sánchez llegó a Moncloa con un pacto de un montón de partidos de todas clases, también Ayuso y Juanma Moreno hicieron lo mismo para poder conseguir sus Gobiernos.
Es una lástima lo que está ocurriendo en España. Y a todo esto, hemos tenido ciento sesenta y seis muertos en las últimas veinticuatro horas, pero esto parece que ya no importa.
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